Los estudiantes plantan cruces contra la guerra
Los estudiantes escogieron ayer un nuevo escenario para calentar motores para el paro y la manifestación de hoy. A las 8.30 de ayer, más de 300 alumnos y 10 profesores de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) se desplazaron hasta las inmediaciones del Parlament, en el parque de la Ciutadella de Barcelona, para protestar contra la guerra. Después de asistir a casi tres horas de clase, los jóvenes organizaron un almuerzo popular en el césped y plantaron cruces de madera contra el conflicto en Irak.
"Creemos que los profesores deben educar a los niños para la paz, porque ya de pequeños deben aprender que las guerras nunca solucionan nada", señaló ayer Judit Carrera, estudiante de Ciencias de la Educación. "No hay que asustarlos con los asuntos bélicos, lo que hay que hacer es despertar su espíritu crítico para que en el futuro no los confundan con dicotomías falsas como los buenos y los malos", aseguró su compañero Manel Ibars.Entre otras muchas iniciativas de protesta de los estudiantes, durante esta semana se celebran decenas de encierros en los centros. Los alumnos de la Universidad Pompeu Fabra mantienen desde el pasado martes un encierro en el campus de la Ciutadella que terminará esta noche. También se encerrarán durante esta noche los alumnos de algunas facultades de la Universidad Ramon Llull. Esta forma de protesta no es exclusiva de los universitarios, puesto que algunos institutos han organizado también encierros, como los alumnos de secundaria de algunas escuelas de Sants, el IES La Bastida de Santa Coloma de Gramenet y el IES Alba del Vallès, de Sant Fost de Campsentelles, entre otros.
La jornada de ayer terminó con la ya tradicional cacerolada de todos los miércoles. En el barrio de Gràcia, este acto de protesta coincidió con el final de un pasacalle solemne contra la guerra, convocado por la asamblea de vecinos del barrio, que comenzó a las 20.00 horas en la plaza del Diamant y terminó en la plaza de Rius i Taulet.
Los actos de ayer fueron la antesala de la jornada de hoy, en la que, coincidiendo con la convocatoria de paros laborales contra la guerra (de 24 horas en la convocatoria de CGT; 2 horas en la de UGT, USTEC, IAC, SCS y FTC, y 15 minutos la de CC OO), se han organizado decenas de actos en toda la ciudad.
En Barcelona, a mediodía saldrán a manifestarse los estudiantes: los universitarios han organizado una "marcha piquetera" por el paseo de Gràcia cuya finalidad es invitar a los establecimientos a cerrar, y los alumnos de secundaria marcharán entre la plaza de la Universitat y la Delegación del Gobierno.
El servicio de metro y autobuses de TMB secundará el paro de dos horas del mediodía y no habrá servicios mínimos, según comunicó ayer la empresa. Además, los autobuses lucirán banderolas blancas en señal de protesta por la guerra. Los sindicatos convocantes del paro informaron ayer de que al menos 148 empresas catalanas, entre las que se encuentran Seat, Nissan y el banco BBVA, se sumarán a la iniciativa. Todos los teatros, excepto el Liceo, que tiene estreno, suspenderán la sesión de la noche. Los actores están convocados a la puerta de sus respectivos teatros para ir luego a manifestarse a la plaza de Catalunya.
Resolución
Siguiendo el lenguaje de las resoluciones de NNUU, los estudiantes de la Universidad Pompeu Fabra, consternados por el sufrimiento provocado por la invasión de Irak y el régimen dictatorial de Sadam Hussein; conocedores de que la Carta de San Francisco prohíbe el uso de la fuerza; sabedores de que las guerras de agresión preventivas no están amparadas por el Derecho Internacional; conscientes de que la intervención bélica es fruto de una decisión unilateral sin el aval de las Naciones Unidas; atemorizados ante la evidente posibilidad de que esta forma de actuar se convierta en una práctica frecuente; avergonzados por el apoyo brindado a la misma por el Gobierno español; preocupados por las consecuencias que ello tendrá, e indiganados por el autismo y posterior victimismo del PP, DECIDEN encerrarse durante tres días para que cesen las hostilidades y se depuren responsabilidades.
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