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Entrevista:HERNÁN CRESPO | Delantero del Inter | FÚTBOL | Liga de Campeones: el rival del Valencia

"Haber sido suplente ha forjado mi personalidad"

Nadie ha regalado nada a Hernán Crespo, un delantero hecho a sí mismo por su perseverancia y su gran pasión por el fútbol. El goleador argentino del Inter, de 27 años, marcó nueve tantos en la primera fase de la Liga de Campeones, pero un desgarro en los aductores le dejó seco más de tres meses. Ahora vuelve y es la gran baza de Héctor Cúper ante el Valencia.

Pregunta. ¿Le ha rebajado el ego jugar con el equipo filial?

Respuesta. Al revés: lo pedí yo. Desde diciembre no jugaba 90 minutos por mi lesión. Para mí, es un placer jugar con los chicos.

P. A los 13 años se rompió una rodilla. Después le han roto el tabique nasal varias veces. A pesar de todo, ha seguido adelante.

R. Sí. La cabezonería puede ser una virtud o un defecto, pero, en mi caso, es lo que me ha traído a este lugar.

"Se mejora la potencia y la velocidad. La técnica, como mucho, se refina. Nunca seré Ronaldo"
"Ayala y yo somos amigos, pero él se olvida de eso en la cancha. Y es justo que sea así"

P. Su vida es un continuo desafío: abandonó el River Plate cuando era un héroe; dejó el Parma siendo el máximo goleador de su historia, se fue del Lazio... ¿Necesita emociones fuertes?

R. No, qué va; soy una persona tranquila y serena. En la cancha, sí, uno prefiere emociones fuertes. Mi profesión la vivo al ciento por ciento. Me trazo objetivos para tener la satisfacción de lograrlos o no, pero con la tranquilidad de intentarlos. Acá es una buena parada porque el Inter hace 13 años que no gana una Liga.

P. Usted es una especie de antiniño prodigio, puesto que de los 10 a los 15 años chupó banquillo. Y también en su primera etapa en el River, con Carlos Babington y Ramón Díaz como técnicos.

R. Siempre me ha tocado ser suplente y eso me ha forjado una personalidad de no bajar los brazos jamás. Más allá de que la decisión del entrenador no sea la misma que la tuya, se trata de no pararte a discutir, sino de trabajar duro y demostrarle que tienes razón.

P. Muchos niños sueñan con ser futbolistas sin ser virtuosos.

R. Yo nunca tuve inconvenientes para hacer goles, ésa es la verdad. De ahí a ser un prodigio, pues... no. En lo que uno hace le tiene que meter mucho corazón y amor para poder alcanzar cosas.

P. Justamente su caso.

R. Sí. Yo amo el fútbol. Es mi gran pasión y soñé con jugar en Italia desde que veía por televisión a Maradona en el Nápoles o el Milán de los holandeses. Soñé no solamente en jugar, sino en ser protagonista. Por eso es muy gratificante.

P. ¿Tiene antecedentes futbolísticos?

R. No; mi padre era contable y mi madre ama de casa. Ellos sólo me inculcaron hacer deporte, nada más. Jamás me presionaron.

P. Usted tiene un gran físico [1,83 metros y 80 kilos]. ¿Hubo de aprender la técnica?

R. No; eso no se aprende, se nace así. Lo que se puede mejorar es la potencia y la velocidad. La técnica, como mucho, puede refinarse. Pero yo no voy a poder hacer lo que hace Ronaldo, por ejemplo. Por más que yo me entrene las mismas o más horas que Maradona, nunca seré como él.

P. ¿Se sintió un patito feo técnicamente?

R. No; yo jugaba como fantasista. Me he desarrollado más tarde que el resto físicamente. Era más bajo y jugaba un poquito atrás, siempre con la visión del gol. A los 15 años pegué el estirón.

P. Usted se ha fijado mucho en Romario, Van Basten y Klinsman. ¿A quién se asemeja más?

R. A ninguno, lamentablemente. Admiro la clase de Van Basten, el despliegue de Klinsman y la capacidad dentro del área que tenía, que tiene, Romario. Y trato de archivar lo que puedo.

P. ¿Y cómo pasa de ser suplente en el River a convertirse en el fichaje más caro del mundo [el Lazio pagó al Parma, en 2000, cerca de 60 millones de euros]?

R. No hay truco. Trabajando duro y esperando a que llegue el técnico que te dé la confianza. En mi caso fue Daniel Pasarella.

P. ¿Qué se siente al ser el jugador más caro?

R. Orgullo, porque pagan cualquier cosa con tal de tenerte. No hay presión. Lo mío es el fútbol, no el mercado. Quiero disfrutar y ganar títulos. Nada más.

P. En su debú en el River, con 18 años, lo primero que hizo al entrar en el campo fue tirar a gol.

R. Siempre me ha tocado batir récords porque siempre he tenido el vicio del gol. No es algo que aprendí cuando llegué a Primera, sino que lo tenía dentro. Se nace.

P. Y en su despedida del River, en 1996, se marchó en la final de la Copa Libertadores, ante el América de Cali, con los dos goles del triunfo.

R. El River es como el primer gran amor y espero volver a él.

P. Al llegar a Italia, declaró: 'Tenemos 90 minutos para hacer feliz a la gente'. ¿Sigue tan entusiasta o ya es más escéptico?

R. Sigo igual. Cuando uno marca un gol, levanta la cabeza y ve la gente que se abraza. Eso es muy hermoso. Uno trabaja para eso; para que, de repente, pueda dar un poquito de alegría. Me hacer sentirme vivo. Cuando las cosas no salen bien, te amargas bastante.

P. ¿Por qué Cúper tiene problemas con casi todas las estrellas: Piojo López, Ronaldo, Vieri...?

R. No lo sé. Conmigo su relación es muy buena. Es una persona seria a la que le gusta trabajar.

P. ¿El mejor técnico?

R. Le tengo que agradecer sobre todo a Pasarella, que me ha hecho debutar no solamente en el River, sino también en la selección argentina. También a Ancelotti, porque cuando llegué a Italia, con 21 años, me supo encaminar en este fútbol.

P. ¿Qué diferencias hay entre el Parma, el Lazio y el Inter?

R. El Parma fue el despegue, la experiencia de vivir otra realidad, no solamente futbolística; el Lazio fue un salto de responsabilidad, porque luchaba por los campeonatos, y el Inter es un premio al esfuerzo a toda la carrera. Tiene mucho encanto.

P. ¿Coincidió con Aimar en el River?

R. Él estaba en el filial, aunque a veces venía a entrenarse con nosotros. Yo ponía la mano en el fuego por él porque sabía que llevaría al Valencia muy lejos. Todavía es mejor como persona.

P. Sus marcadores serán Ayala y Pellegrino. ¿Sabe que Ayala le va a dar todas las patadas que crea convenientes?.

R. Somos amigos, pero él se olvida de eso en la cancha. Y es justo que sea así. A Pellegrino le conozco menos pese a que nos encontramos dos veces en la selección. El que me gustaría que se recuperara para enfrentarse a nosotros es Kily. El Valencia tiene experiencia en este momento de la competición y será un rival muy peligroso.

P. Durante mucho tiempo no ha querido hablar del fracaso de Argentina en la última Copa del Mundo. ¿Se puede ya racionalizar?

R. No, no se puede. Pero el fútbol no son matemáticas y pueden producirse estas cosas.

P. ¿Su mejor pareja de baile ha sido Piojo López, con quien logró la plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96?

R. Piojo, Chiesa, Vieri, Francescoli ... Si he llegado al Inter es que las cosas me han ido bien desde hace tiempo.

P. ¿Vieri y usted no son demasiado parecidos para jugar juntos?

R. Hemos demostrado que no.

P. Y ahora vuelve a tener la competencia en la Liga de Batistuta. En la selección, en el Inter... ¿Es una pesadilla?

R. No; ya llevamos ocho años de competencia, pero nunca hubo ningún tipo de inconveniente.

P. ¿Qué piensa de la guerra alguien como usted, que ha declarado que no puede disfrutar de lo que gana por la pésima situación económica argentina?

R. Es demasiado feo y doloroso lo que está pasando.

Hernán Crespo, en un partido con el Inter.
Hernán Crespo, en un partido con el Inter.REUTERS

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