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Reportaje:RUUD VAN NISTELROOY | Delantero del Manchester United | FÚTBOL | Liga de Campeones: el rival del Madrid

"Puedo ser muy torpe y muy bueno"

Diego Torres

Noordwijk aan Zee es un pueblo ocioso en la costa del mar del Norte, al sur de Amsterdam. Los moradores locales dicen que es un balneario pese a que en sus días más luminosos la niebla impide ver la playa hasta bien entrada la tarde. El hotel Huis ter Duin se levanta como un ministerio, envuelto en brumas. Es el cuartel general de la selección holandesa y en su salón, hace diez días, se paseaba la flor y nata de los delanteros del país. Van Hoijdoonk hacía reír al pelotón, Seedorf se ufanaba como un patriarca, Kluivert saludaba a una fan, Hasselbaink iba masticando una sentencia: "El Madrid va a perder la eliminatoria porque el Manchester se está defendiendo muy bien". Y, en medio, aparentemente avergonzado de codearse con semejantes fenómenos, Ruud van Nistelrooy.

"Makaay, Hasselbaink y yo somos el mismo tipo de jugador. Kluivert, no; es el más completo"
"El juego táctico no me va mucho. Neville me tira el pelotazo y corro: soy de intuición, de corazón"

Durante tres años, el United buscó un rematador perfecto. Un goleador mágico, como Eric Cantona, capaz de equipararse a la grandeza del club. Un tipo capaz de exorcizar a los reds de las dos noches de abril de 2000, cuando el Madrid lo eliminó de la Liga de Campeones. "Mejor ni recordarlo. ¡Qué pesadilla sufrimos en Old Trafford!", decía la semana pasada el director financiero del club inglés, David Gill; "pagamos por no meter un gol en el Bernabéu. Ahora tenemos que marcar".

El hombre que debe hacer ese trabajo mañana, martes, es Van Nistelrooy. Y da igual que lleve anotados 34 goles en la temporada: 17 en la Premiership, 12 en la Liga de Campeones, cuatro en la Copa y uno en la Copa de la Liga. Da igual que sea un killer. Cuando regresa a Holanda, vive contrariado por el prejuicio nacional del aficionado naranja. En su país, los niños consideran la celebración de los goles poco menos que una indecencia.

Mesías en el condado de Lancashire y bajo sospecha en Holanda, Van Nistelrooy vive sometido al juicio comparativo. ¿Por qué no tiene el toque de Kluivert? Ambos nacieron el mismo día, el 1 de julio de 1976. El resto es antagónico. Kluivert es hijo de un futbolista surinamés y nació en Amsterdam, en el norte de Holanda, de donde provienen todos los grandes jugadores del país: Cruyff, Van Hanegem, Gullit, Rijkaard, los De Boer, Van Basten, Bergkamp, Resenbrink... Van Nistelrooy es hijo de un reparador de calefactores,es blanco y nació en Oss, un pueblecito ganadero al sur de los grandes ríos, la región católica, muy productiva en ciclistas. Cuando Kluivert marcó el gol del triunfo para el Ajax en la final de la Liga de Campeones del 95, Van Nistelrooy jugaba de libre en el modesto Den Bosch.

Tiene la cara larga y angosta, aerodinámica desde la mandíbula de caballo al cráneo puntiagudo. Sonríe casi continuamente. Lleva barba de tres días, dice, sólo por displicencia: "No pretendo ser cool ni soy supersticioso". Pero los periodistas holandeses, más que para juzgar sus manías, le rodean para preguntarle por qué no juega en la selección al mismo nivel que en el Manchester, por qué no se entiende con Kluivert igual que con Beckham, por qué no participa más del proceso de la pelota, por qué sólo mete goles.

Los periodistas expresan las mismas sospechas que agitan a los aparcacoches del aeropuerto de Schipol, los productores de tulipanes de Linden o los chicos de cualquier suburbio de Amsterdam, Rot-terdam o Utrecht: ¿Por qué Van Nistelrooy no termina de formar un "superduo" con Kluivert en la selección? ¿Por qué sólo brilla en el Manchester? ¿Por qué, si es una estrella, no sabe hacer otra cosa que no sea meter goles?

Van Nistelrooy le da vueltas a la respuesta como si le obsesionara: "Si algún día Kluivert y yo jugamos todo lo bien que la gente espera, seremos una pareja fantástica. Potencialmente, hacemos una gran pareja de ataque, pero estoy de acuerdo en que no jugamos todo lo bien que deberíamos. Yo me pregunto: ¿Cuándo un dúo es un superdúo? Creo que con Luc Nilis hicimos un superdúo en el PSV. Yorke y Cole eran un superdúo en el Manchester y creo que fueron el último del fútbol mundial. Pero no creo que ahora haya un superdúo en activo si entendemos por tal a dos nueves que marquen muchos goles, jueguen bien, participen en el juego del equipo y asistan a otros compañeros. La base es interpretarse mutuamente y con Kluivert tenemos química. Él puede jugar detrás de mí y darme balones. Yo, en el Manchester, juego un poco más en profundidad que con Holanda. Kluivert, en el Barça, lo hace más entre líneas y es un gran asistente. Somos compatibles".

En Manchester, su técnico, sir Alex Ferguson, le valora con sensibilidad escocesa. Sólo le pide goles: "Tiene ese talento increíble para ver en cada momento al portero, para saber a dónde dirigir el tiro y para ponerlo donde quiera. Sin duda, es el mejor delantero de Europa".

En Holanda, aparentemente, Van Nistelrooy se siente inferior: "Makaay, Hasselbaink y yo pertenecemos al mismo tipo de jugador. Kluivert es distinto. Kluivert es el más completo, es el típico 10 holandés. No estamos hablando de un Rosicky, por ejemplo, que es un armador, sino de un delantero detrás del punta. Es lo que se estila en los grandes equipos: un Raúl, un Aimar o un Van der Vaart".

"Sería más difícil ser compatible con Kluivert si los dos ocupásemos la misma zona del nueve", continúa; "porque los dos necesitamos mucho espacio. Yo prefiero jugar solo arriba, con un medio campo que se vaya incorporando en el ataque. Y no es extraño. Hoy no encuentro en todo el mundo dos nueves juntos jugando a gran nivel. Makaay y Tristán, de momento, no lo han conseguido. Raúl, con Ronaldo, juega de segunda punta, aunque es uno de los pocos que puede alternar con el nueve".

Jugar "tácticamente", en la jerga holandesa, es jugar con la posesión de la pelota. Como Van Nistelrooy es un holandés poco habitual, dice que prefiere atacar los espacios: "Me gusta correr y, en este sentido, Holanda es totalmente distinto al United. Si yo me desmarco en el United, en profundidad, Beckham ya me ha dado el balón al hueco. Eso es la práctica. Además, en el United se espera que haga otro tipo de movimientos: ir de un córner al otro, abrir espacios a los volantes arrastrando marcadores... Así me siento genial porque dispongo de un territorio muy grande para esprintar sin necesidad de estar pendiente de bajar a elaborar y a pensar en guardar la posesión del balón como me ocurre con Holanda. El juego táctico no me va mucho. ¡A mí me gusta correr, desmarcarme! Una jugada típica en el United es el canal: Neville la tiene y me tira el pelotazo largo. Eso me permite jugar como me gusta. Más que un jugador de posesión, cerebral, soy un futbolista de intuición y corazón. Por eso soy capaz de acciones muy torpes y muy buenas en el mismo partido. La verdad es que a veces da la impresión, por algún control, de que tengo una técnica horrible. Pero no es cierto".

Bajo la expresión despejada, Van Nistelrooy esconde pequeños tormentos. Su técnica, tan poco holandesa, y, sobre todo, la absoluta falta de títulos importantes en su historial. "Lo quiero, pero no lo necesito", comenta algo incómodo; "lo quiero y para eso juego y pongo todo mi empeño. Pero juego para que mi equipo gane un trofeo, no para ganarlo yo. Mi objetivo es ser parte de una victoria colectiva. ¿Por qué me voy a apresurar? Soy joven y juego para el United. Y el cruce con el Madrid será un buen test. Ganar al mejor equipo del mundo es un buen test. ¿O no?".

Van Nistelrooy celebra uno de sus goles con Beckham.
Van Nistelrooy celebra uno de sus goles con Beckham.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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