El Villarreal obtiene su recompensa
El Barça pierde por primera vez desde la llegada de Antic tras su mala actuación en el Madrigal
Fue mejor que el Madrid. Mejor que el Depor. Y mejor que el Barça. Pero el Villarreal sólo ha ganado uno de estos tres partidos. El de ayer. Es el precio que paga por su falta de contundencia. Pero ayer obtuvo una merecida recompensa ante un Barça chiquito, muy desinflado, que hizo aguas en defensa y en ataque, con esa falta de personalidad que le caracterizó durante gran parte del campeonato. Fue la primera derrota desde la llegada de Radomir Antic al club azulgrana. Muy merecida, eso sí. El Villarreal fabricó media docena de ocasiones clarísimas de gol. El Barça fue un colador por su banda izquierda y sólo la vigorosa entrada de Gerard acercó al Barcelona al empate. Bien es cierto que Reina estuvo magistral durante la primera parte en sendas paradas a Riquelme y a Saviola.
VILLARREAL 2 - BARCELONA 0
Villarreal: Reina; Belletti, Unai, Ballesteros, Arruabarrena; Guayre (Calleja, m. 88), Medina (Farinós, m. 48), Josico, Jorge López, Víctor; y De Nigris.
Barcelona: Bonano; Reiziger, De Boer (Andersson, m. 23), Puyol, Sorín; Xavi, Mendieta; Overmars (Rochemback, m. 76), Saviola, Riquelme (Gerard, m. 61); y Kluivert.
Goles: 1-0. M. 56. Jorge López, de penalti.
2-0. M. 90. Calleja, de penalti.
Árbitro: Medina Cantalejo. Expulsó a Sorín (m. 72) por doble amarilla. Amonestó a Riquelme, Mendieta, Ballesteros, Guayre.
Unos 23.000 espectadores en el Madrigal. Lleno.
Benito Floro juntó a dos de sus balines por el extremo derecho (Belletti y Guayre) y les mandó correr. Lo más rápido posible. Hasta la línea de fondo. Sin mirar atrás. Sabía Floro que ambos eran muchísimo más veloces que los dos hombres que Antic había colocado en ese lado (Sorín y Riquelme). Y así fue cómo el Villarreal puso en evidencia la costura izquierda del Barça, que se rompía en mil pedazos. Bastaba que Guayre o Belletti se lanzaran la pelota 15 metros por delante para decirles adiós a sus marcadores: ciaio, ciao, terreno despejado. Sus centros atrás, sin embargo, no hallaron rematador.
Y ahí reside el grandísimo problema del Villarreal: le falta gol. Juega de sobra para merecerlo. Triangula de cine. Sobre todo cuando entran Víctor y Jorge López en contacto. Jugador grande este Jorge López al que el Villarreal se le queda evidentemente pequeño. Pero llegan al área y nada. Ni Palermo, ayer de reserva, ni el mexicano De Nigris cumplen su cometido. Mientras De Nigris perdía en todos los saltos de cabeza con sus marcadores respectivos, Palermo, con los cabellos recortados al estilo romano, comía pipas en el banquillo. Triste destino para el que fuera el ídolo de la hinchada del equipo de Boca Juniors, y que en España ha estado muy lejos del nivel goleador y de juego que se esperaba de él cuando el equipo castellonense le contrató.
A pesar de estar mal acompañado por Mendieta, Xavi supo lanzar convenientemente a sus dos puntas: Kluivert y Saviola. Fue una media hora aceptable del equipo de Antic. Se topó, sin embargo, con un portero en vena. El portero ex barcelonista Reina impidió el gol de Riquelme con una estirada enorme, sacando con la manopla una pelota rasa y potente junto a las astillas de su palo derecho. El mismo hijo del que fuera portero barcelonista en los años setenta volvió a ser decisivo poco después, cuando salvó con el pecho un tiro en el mano a mano mantenido con el rapidísimo Saviola, lanzado a su vez por la visión de juego de Riquelme.
Para tratar de tapar el agujero de la primera parte, Antic rectificó tras el descanso. Desplazó a la izquierda a Mendieta y a Riquelme al centro, ahí donde le gusta al argentino. Pero lejos de mejorar, jugó mucho peor y fue sustituido por Gerard.
La defensa azulgrana seguía sin dar muestras de seguridad. Belletti continuó alcanzado la línea de fondo y el restablecido Andersson acusó la lógica falta de ritmo. De modo que Puyol, con esa máscara en la cara para protegerse los pómulos dañados que recuerda al hombre elefante de la película de Peter Bogdanovic, hubo de multiplicarse. Estuvo pletórico, como de costumbre. Y acudió al rescate para limpiar un balón en la línea de gol después de que De Nigris hubiera regateado ya a Bonano. El portero argentino salvaría después dos goles cantados de Víctor, un uno contra uno y un cabezazo junto al palo.
Entre los olés el público, el duro central Ballesteros driblaba adversarios ante la incredulidad de Antic, espantado ante la superioridad local. Después sí, después Ballesteros le atizó una patada a Saviola para conservar, se supone, su reputación. La entrada en el campo de Farinós no hizo sino darle energía y pase al centro del campo del Villarreal, que también se impuso en este terreno.
Fruto de la impotencia azulgrana llegó ese empujón de Sorín a De Nigris, que propició la única manera por la que podía marcar el conjunto de Floro: de penalti. Jorge López anotó su cuarto penalti de la temporada y su quinto gol. Nada pone nervioso a López, por mucho que Bonano lo intentara marchándose a la luna del área antes del lanzamiento o tocando el balón al volver a su portería.
Antic recurrió a Gerard para tratar de recuperar el ánimo tan decaído. Y sí, con Gerard fue otra cosa. El centrocampista catalán le dio más llegada y profundidad. Sirvió un excelente pase a Overmars que éste, de lánguido disparo, como de costumbre, permitió la lucidez de Reina. La expulsión de Sorín, entrando por detrás a Belletti a pesar de tener ya una amarilla anterior, no acabó de cerrar el encuentro. El Villarreal hizo mal el fuera de juego tras una falta de Xavi y Puyol, rodeado de media docena de sus compañeros, sin ningún rival a la vista más que Reina, cabeceó mal con la coronilla. Ahí se terminó el Barça, que ya vio como el contraataque del Villarreal le llegaba por oleadas. En una de ellas, Belletti, que fue una pesadilla durante toda la noche, volvió a penetrar y Rochemback le hizo el segundopenalti del partido. Calleja, que acababa de salir y que había perdido recientemente a su madre, decidió lanzarlo para homenajear a su madre. Y marcó.
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