_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Culpables

Parece mentira pero es rigurosamente cierto. Una vez comprobado que Irak carece de un pueblo agradecido y dotado de la suficiente grandeza de alma como para recibir a sus libertadores con una lluvia de pétalos de rosa, hay que aceptar lo evidente: Irak tiene habitantes. Malintencionados, diría yo. Su perversión es tal que, entre esos habitantes, ¡hay mujeres! Entre esas mujeres, las hay que han tenido el descaro de ¡ser madres! Por consiguiente, en Irak, contra toda previsión, hay niños y niñas. Ello, con ser una afrenta para los macho-men de la vigilancia occidental, no es todo. En Irak se dan también, están e incluso circulan ancianos y ancianas.

Estos individuos de diverso tamaño, sexo y edad tienen algo diabólico en común. Y es que, allá donde se encuentren, sea en el comedor de sus casas, escuchando, temblorosos, el bramido de los B-52 acercándoseles; o en el interior de un precario refugio, abrazándose y rezando para sobrevivir; o bien en un mercado, o atravesando apresuradamente una calle... Cualquiera que sea su situación, se atreven a interponer sus cuerpos en el camino de nuestras bombas inteligentes (que, dada su inteligencia, preferirían dedicarse a mantener correspondencia con Aznar), e incluso se hacen despedazar por el impacto de las bombas de fragmentación.

¿Hasta dónde quieren llegar esos saboteadores, en su afán por desprestigiar a la Santa Coalición y sus países canalla-calderilla acompañantes? ¿Es que vamos a seguir tolerando, impasibles, emboscadas tan tremendas como la que sufrieron los soldados de un control cuando se les acercó un vehículo-trampa lleno de mujeres y niños y conducido (suprema astucia) por una hembra iraquí, descontrolando completamente a sus salvadores y lanzándose contra su lluvia de balas?

A ver si dejamos de hablar de una vez de las víctimas civiles y nos centramos más en el sufrimiento de Fray Escoba-Powell para mantener el estilo negro-liberal; en los esfuerzos que realiza Rumsfeld para lucir cual representante de bragueros y no como el miserable que es; y en el meritorio recuento que efectúan los tertulianos a sueldo del PP, evocando cadáveres previos, para usarlos como tapadera de esta escandalosa orgía de sangre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_