"A mí me gusta el 'mambo'"
Marta Domínguez (Palencia, 1975), subcampeona mundial y campeona europea de los 5.000 metros, llega a Barcelona con su sonrisa perenne y dispuesta a cumplir con una de las citas populares que siempre marca en su calendario deportivo: la Cursa del Bombers, de la capital catalana. Lo hace "en baja forma", apenas dos semanas después de alzarse con la medalla de plata en los 3.000 en los Campeonatos del Mundo en pista cubierta, celebrados en Birmingham (Reino Unido). Con los Mundiales de París, al aire libre, en el horizonte, su táctica para los 10 kilómetros de hoy está clara: "Me uniré a algún hombre para que me lleve lo más fresca posible hasta la meta".
Pregunta. ¿Le sorprendieron las seis medallas que España logró en Birmingham?
"El machismo pervive. La mujer siempre debe demostrar que está ahí. El hombre, no"
"¿Presión? La que yo me creo, que es la más importante; la federativa y la de mi grupo"
Respuesta. Ahora mismo hay pocas cosas en la vida que me sorprendan. Tras los éxitos que conseguimos con los numerosos finalistas que hubo en Edmonton y las medallas del año pasado en Viena y Múnich, este curso ha sido la confirmación del atletismo español. Tanto del masculino como del femenino.
P. Pero quizá medallas como la de plata de Mayte Martínez, en los 800 metros, no entraban en las previsiones.
R. Yo sí esperaba la medalla de Mayte. El verano pasado, en Múnich, ya fue la segunda. En las dos golden league que corrió quedó también la segunda. Prácticamente, estaba con la élite. Su estado de forma era bueno, el idóneo, y podía quedar la tercera o la cuarta. Su medalla, junto con la de Glory Alozie [60 metros vallas] y la mía, hace que el atletismo femenino haya subido. Pero no sólo eso: Carlota Castrejana y Ruth Beitia fueron quintas. Hemos dado al atletismo español un salto de calidad importante.
P. ¿Qué ha cambiado para poderse dar ese salto de calidad?
R. Creo que hay que remontarse a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. El salto tanto cualitativo como cuantitativo desde entonces se debe al apoyo económico de la Federación y del Consejo Superior de Deportes y de las marcas publicitarias y los patrocinadores. Ahora nos podemos dedicar exclusivamente a entrenarnos, a nuestra profesión, cuando antes teníamos que compaginarla con otro trabajo. Ahora todos están pendientes de nosotras porque estamos consiguiendo resultados. Pero los conseguimos gracias a la Federación y a los sponsors.
P. ¿Cómo surge una generación tan extraordinaria?
R. Nos hemos juntado un grupo de atletas jóvenes, con ganas de ser los mejores, de luchar y llevar la bandera española a lo más alto. Eso hace que en los últimos años el atletismo tenga un reconocimiento especial. En el actual las estadísticas dicen que el atletismo es el deporte más importante para España.
P. ¿Se empieza a reconocer la importancia de la mujer dentro del deporte?
R. Más que reconocer, se le está dando un valor importante. Están viendo que ahora mismo las mujeres podemos competir en las mismas condiciones que los hombres. Podemos sacar los mismos resultados. Eso nos coloca en el punto de mira de la gente. En la carrera de hoy, por ejemplo, creo que la participación de las mujeres será importante.
P. ¿Y qué papel cree usted que tiene que jugar?
R. El papel de la mujer ha de ser el mismo que el del hombre. Somos individuos iguales. Pero, aparte de ser ella misma, la mujer no tiene que demostrar nada a nadie. Tiene que tomarse esto como lo que es: un trabajo, que, además, le sirve para sentirse bien consigo misma y realizarse.
P. ¿Existe en la práctica esa igualdad entre los hombres y las mujeres?
R. Se habla mucho en la teoría, pero la práctica dice que España y el deporte español todavía son machistas. Quedan muchas cosas por hacer. Parece que la mujer siempre tiene que estar demostrando que está ahí. Y el hombre, sin hacer nada, sale en todos los medios. Las mujeres ya estamos demostrando que somos iguales o mejores que los hombres, pero la sociedad sigue siendo aún un poquito machista.
P. Es el eterno problema.
R. Sí, pero no podemos estar todo el día demostrándolo todo. La mujer deportista no puede rendir siempre al ciento por ciento. No puedes estar todos los años consiguiendo resultados para que te valoren en tu justa medida, cuando hay hombres que no están haciendo nada y se les está poniendo por las nubes. Y eso vale para atletas, futbolistas o ciclistas. Creo que habría que tener más consideración con las mujeres. Hasta ahora sólo había una Arantxa Sánchez Vicario o una Conchita Martínez. No se veía al resto de las deportistas. Hay que mirar también un poquito al trasfondo de las cosas.
P. ¿Se considera, como dicen, la mejor atleta de la historia española?
R. Yo creo que me quedan muchas cosas por hacer. Mayte Zúñiga ha sido siempre mi prototipo. Ha sido una mujer que ha estado en todas las finales de los Campeonatos del Mundo, de los Juegos Olímpicos. Y durante muchos años ha estado en el punto de mira de mucha gente. Yo sí que he conseguido medallas, pero tanto ella como Julia Vaquero o Sandra Mayers han sido mujeres muy importantes para el atletismo español.
P. ¿Siente una presión añadida ahora que todos se fijan en usted?
R. Presión tengo siempre que salgo a competir. La que yo me creo, que es la más importante, porque siempre que compito quiero ser la mejor y ganar. Luego, está la presión por parte de la Federación, que confía en mí. E indirectamente, la de mi familia, la de mi entrenador, la de mi grupo de entrenamiento... Pero eso a mí me gusta. Como dice un compañero mío, a mí me gusta el mambo. Cuando sales a la pista, todos quieren conseguir una medalla, pero sólo hay tres. Para eso somos profesionales: para dar lo máximo en la competición.
P. ¿Cuáles son sus planes inmediatos?
R. Empiezo a entrenarme a partir de ya con las miras puestas en los Mundiales de París, en agosto. Antes tengo cinco o seis citas importantes [tres grandes premios Vodafone, un par de mítines de la Golden League y los Campeonatos de España] que me van a servir como tests para la cita francesa.
P. ¿El objetivo en ella?
R. Siempre que voy a competir lo hago para conseguir lo máximo. Y lo máximo es una medalla de cualquier color. Una vez que entras en el podio, cualquiera puede ganar. Es complicado porque todos quieren llegar a esos puestos de privilegio. Pero yo digo que, si llego al ciento por ciento, las lesiones me respetan y alguna de mis rivales va al noventa y nueve por ciento, puedo hacer algo importante.
P. ¿Cómo es una semana tipo en su vida?
R. Muy sencilla. Se resume en levantarme, entrenarme, comer, echarme la siesta, entrenarme y dormir de nuevo.
P. ¿Cuántos kilómetros hace a la semana?
R. En periodo invernal, en la pretemporada, unos 170. Empiezo a bajar cuando se acercan las competiciones. Entonces meto más sesiones de calidad.
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