El Archivo Real navarro despliega sus tesoros documentales más valiosos

El Ceremonial de la coronación, unción y exequias de los reyes de Inglaterra, del siglo XIV, es, sin duda alguna, el documento más relevante de todos cuantos posee el Archivo Real de Navarra, pero es sólo uno de los setenta ejemplares únicos expuestos desde ayer en una magna exposición instalada en la sala gótica del nuevo Archivo, construido por el arquitecto Rafael Moneo en la capital navarra.

La factura y las exquisitas miniaturas del documento, que representan los actos protocolarios de la coronación y funerales regios, fascinan a cuantos conocen una adquisición del rey navarro Carlos II de Evreux que sirvió como modelo para implantar el ceremonial de la unción divina en vez del ritual del alzamiento habitual en la coronación de los Reyes de Navarra.

La inauguración del Archivo, levantado en el antiguo Palacio de los Reyes, ha posibilitado la exhibición, por vez primera al público en muchos casos, de piezas documentales de excepcional valor archivístico y tesoros patrimoniales de la comunidad foral resguardados habitualmente con sumo celo de la mirada profana.

Los Reyes, la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, y las autoridades navarras visitaron ayer la exposición, titulada Un palacio para la memoria, que reúne en vitrinas temáticas setenta documentos diversos de los siglos IX al XX y estará abierta al público hasta el próximo 30 de septiembre.

Los fondos del Archivo Real suman más de 20.000 metros lineales de documentos procedentes de las desaparecidas instituciones del Reino de Navarra, Cámara de Comptos, Cortes Generales, Diputación del Reino, Consejo Real, Corte Mayor y Virreinato, entre otros.

La exposición está formada por mapas, grabados, códices, libros de concesión de fueros, actas de las Cortes, cartularios, partituras musicales, juegos de naipes, censos y documentos diversos sobre contratos individuales.

Escudriñando las vitrinas instaladas bajo las originales bóvedas góticas del palacio se puede descubrir el Registro de Cuentas del Hostal de la Reina, de 1398, un diario de gastos escrito con pulcritud y graciosamente decorado en el que figuran anotados día a día los suministros de panadería, cocina, frutería, iluminación y vestuario precisos para el aprovisionamiento de las dependencias reales u "hostal" de la reina Leonor, esposa de Carlos III el Noble.

Además de mapas de Navarra de diversos siglos, la muestra alberga libros de fuegos (1366) y armerías, ejecutorias de nobleza, concesiones de fueros, donación de tierras del monasterio de Leyre a los colonos, una ketubá o contrato matrimonial judío, justificantes de préstamo escritos en hebreo y lengua árabe, autos de los procesos de brujería de Logroño o un permiso de 1850 para emigrar a América desde Elizondo (Baztán).

"El hombre es el mayor enemigo de los documentos", señaló Susana Herreros, técnico de la Sección de Archivos y Patrimonio Documental del Gobierno foral. Para reducir el riesgo, el moderno Archivo Real ha desarrollado programas de reprografía destinados a ofrecer ejemplares de sustitución y ha digitalizado numerosos documentos.