Las fuerzas políticas vascas temen que el asesinato de Brouard provoque un incremento de la violencia
Santiago Brouard Pérez, de 64 años, dirigente de Herri Batasuna, fue asesinado ayer por la tarde en su consulta de médico pediatra en Bilbao. Una persona, con acento francés, que dijo hablar en nombre de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), negó en una llamada telefónica a Radio San Sebastián que dicho grupo terrorista fuera el autor del atentado. Anteriormente, autodenominados portavoces de los GAL se habían comunicado con varios medios informativos para asumir la autoría del asesinato. Una fuente policial de absoluta solvencia afirmó anoche que el asesinato de Brouard -perpetrado en el noveno aniversario de la muerte de Franco- afectaría notablemente al proceso negociador del Gobierno con ETA. Simpatizantes de Herri Batasuna protagonizaron diversos incidentes en Bilbao.
A las pocas horas de haberse producido el atentado, numerosas barricadas fueron levantadas por grupos de manifestantes en Bilbao, en cuyo centro quedó congestionada la circulación rodada. El Gobierno Civil de Vizcaya comunicó anoche que no se autorizará ninguna manifestación en la calle y exhortó a evitar provocaciones. Dos hombres, uno de fuerte complexión, de unos 40 años, que vestía cazadora de color azul oscuro, y otro más joven, armados con una pistola y un fusil ametrallador -armas que abandonaron en su huida-, penetraron, minutos antes de las 18.30 de ayer, en la consulta de Brouard y, tras apartar a la enfermera que les había abierto la puerta, se encaminaron directamente al despacho del dirigente abertzale, contra quien efectuaron ocho disparos, cinco de los cuales le alcanzaron en la cabeza. Fuentes policiales de absoluta solvencia no descartaron anoche que Brouard fuera un hombre que pudiera participar en el inicio de las conversaciones con ETA para conseguir la pacificación de Euskadi y aseguraron que el hecho de dejar las armas sin ninguna huella es obra de profesionales. Las aúmas olvidadas en el lugar del crimen eran una metralleta del calibre 22 y una pistola checoslovaca, ambas difíciles de encontrar incluso en el mercado negro español, según las citadas fuentes. Los mismos informantes afirmaron que tal acción sólo puede provenir de grupos desestabilizadores, que buscan exclusivamente romper el proceso de pacificación de Euskadi. En el portal del número 12 de la Alameda de Recalde, en el centro de la ciudad, un grabado indica, bajo el nombre del médico asesinado, el horario de consulta: de 15.30 a 18.30. Los agresores no tuvieron dificultad alguna para localizar a su víctima, que a las 18.20 de ayer se encontraba, con su bata de médico y un fonendoscopio colgando de sus oídos, auscultando a una niña de meses. Apenas un cuarto de hora después del asesinato, varios dirigentes de Herri Batasuna, entre ellos Jokin Gorostidi, Jon Idígoras, Miquel Zuluaga y Txomin Ziluaga, avisados del asesinato de Santiago Brouard cuando se encontraban reunidos en la sede de la coalición en Bilbao, se personaron en el lugar.
Los dos últimos tuvieron un conato de enfrentamiento, en el descansillo del segundo piso del inmueble, con tres o cuatro policías nacionales que custodiaban la puerta de la consulta y que les impedían la entrada. Hacia las 18.50 llegó el juez de guardia, que entró en el despacho en compañía de la viuda y una de las hijas de la víctima. Ambas aparentaban una gran serenidad. Brouard se encontraba tendido en el suelo con el fonendoscopio sobre su pecho. A las siete de la tarde, más de un centenar de personas se concentraba ya ante el número 12 de la Alameda de Recalde. La policía halló junto al cuerpo de la víctima ocho casquillos del calibre 22, que corresponden a la metralleta que abandonaron los agresores en la escalera. También fue encontrado un casquillo de 9 milimetros parabellum que corresponde a la pistola, de fabricación checa, que los autores del atentado dejaron en la consulta. El cadáver de Brouard presentaba cinco impactos de bala en la cabeza y uno en la mano, informa Patxo Unzueta. A las 20.00 horas, cuando en los alrededores de la consulta de Brouard se agolpaban ya unas 500 personas, el féretro con los restos del dirigente abertzale fue alzado a hombros por algunos de los pre sentes, impidiendo que fuera intro ducido en el furgón que aguardaba a la puerta del inmueble. El ataúd fue conducido hasta el domicilio familiar, a menos de 200 metros de su consulta, y se formó una improvisada manifestación. El féretro iba cubierto por una ikurriña. Instantes antes se produjeron momentos de gran crispación. Los concentrados gritaban consignas como "Santi urea da" (Santi es nuestro) e imprecaciones contra la policía. La policía, utilizando botes de humo y porras, dispersó enérgicamente a los concentrados. Al dispersarse, los manifestantes gritaban, entre otras consignas: "PSOE, GAL, son igual". La noticia del asesinato de Santiago Brouard conmocionó a la clase política vasca. Las ejecutivas de la totalidad de los partictos se reunieron inmediatamente después. El presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, expresó su dolor en un comunicado en el que manifiesta su "preocupación por el significado político de este asesinato, haciendo un llamamiento a todos los vascos, hoy más que nunca, para evitar una auténtica guerra entre hermanos, una escalada de muertes y sufrimiento dentro de la sociedad vasca". Los comunicados de las fuerzas políticas vascas y las declaraciones de los dirigentes coinciden con Garaikoetxea en resaltar las gravísimas consecuencias que este asesinato puede acarrear para el pueblo vasco, informa José Luis Barbería. La ejecutiva del PNV manifestó su "gran pesar" por la muerte en atentado de Santiago Brouard. Para los dirigentes nacionalistas según informa desde Bilbao Tonia Etxarri, "ésta es una víctima más de los encarnizados propósitos que buscan evitar la paz social en Euskadi". El Consejo Nacional del PNV considera que "es una ingenuidad valorar este asesinato como un hecho aislado, ajeno a una estrategia preconcebida, mucho más profunda, que sistemáticamente actúa dentro de Euskadi en momentos claves". Para la ejecutiva del PNV, Santi Brouard era un hombre "que siempre se ha movido por convicciones profundamente abertzales y que ha demostrado un carácter abierto", por ello, en su opinión, el atentado es una muestra acabada de este tipo de propósitos.
Idígoras pide serenidad
Jon Idígoras y otros dirigentes de Herri Batasuna pidieron, ante el cuerpo sin vida de Brouard, serenidad a las bases de su coalición. Entre rostros demudados, lágrimas, expresiones de congoja y crispación de los militantes de HB que velaban el cadáver, Idígoras dijo: "Temíamos un atentado así. Era una posibilidad; las provocaciones que estamos sufriendo tenían que conducir a esto. Tratan de intimidarnos, pero Herri Batasuna no se va a poner de rodillas. Santi ha sido un ejemplo, es un ejemplo para nosotros". Ramón Jáuregui, delegado del Gobierno en el País Vasco, manifestó minutos después del atentado: "Es un crimen terrible contra un dirigente político y contra un ciudadano vasco, que yo condeno con la máxima energía y con mi mayor sentimiento. Un asesinato de esta naturaleza contra un representante de la voluntad popular constituye ya un atentado a la democracia y al pluralismo político. Me parece un atentado de gravísimas repercusiones políticas. Nuestro deber es buscar y detener a los autores y lo vamos a hacer con el entusiasmo y la responsabiliad que corresponde al poder público. Aunque la sensibilidad de todos se ha visto gravemente alterada con este suceso, es preciso pedir a todos los ciudadanos vascos la máxima serenidad". Euskadiko Ezkerra (EE) decidió apoyar la huelga general y las manifestaciones que eventualmente convoque Herri Batasuna en protesta por el atentado. "El asesinato de Santiago Brouard, presidente de HASI, militante abertzale revolucionario, significa, sin duda alguna, un salto cualitativo en la espiral de violencia en Euskadi y llena de indignación a todos los militantes y afiliados de Euskadiko Ezkerra". José María Benegas, secretario general del PSE-PSOE, expresó su temor de que el atentado pueda conducir al pueblo vasco a situaciones límite, y pidió la máxima diligencia para descubrir a los autores del crimen. "El asesinato de Santiago Brouard me parece un horrible crimen que condeno y rechazo en nombre del PSE-PSOE".
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