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El 'etarra' herido por los GAL participó según policía, en el asesinato de Carrero Blanco

Usaron munición propia de delincuentes

El atentado contra los presuntos miembros de ETAm se produjo pasadas las 17.00 horas, en una carretera secundaria que enlaza las localidades vasco-francesas de Saint Etienne de Baigorry y Cambó. Los presuntos etarras viajaban en un Citroen Dyane 6 y fueron adelantados por una moto negra, de potente cilindrada, desde la que dos individuos les tirotearon con revólveres. El conductor del vehículo, Rafael Goikoetxea, de 30 años, recibió varios impactos mortales, y su acompañante, Jesús Zugarramurdi, Kiskur, fue alcanzado en una pierna y en un brazo. Kiskur, de 36 años, es un histórico de ETA y participó, según la policía, en el asesinato del presidente del Gobierno almirante Carrero Blanco, en diciembre de 1973. El automóvil en que viajaban los dos etarras era propiedad de otro miembro de la organización, Pedro Marticorena, según señala Efe, lo que hace pensar que el atentado podría estar dirigido contra él, tesis avalada por el hecho de que los GAL, al reivindicar el atentado, llamaron a Goikoetxea Pedro en lugar de Rafael. Los dos etarras circulaban a varios kilómetros de la cooperativa Denek, una empresa situada en Saint Martin D'Arossa, en la que trabaja Jesús Zugarramurdi, considerado por la policía española como un elemento importante en el organigrama de ETAm. Los dos residían en Saint Etienne de Baigorry, localidad cercana al lugar de los hechos. La policía francesa, que inmediatamente después del suceso cerró los pasos fronterizos de montaña con España, e instaló controles de carretera, afirma que los cinco disparos fueron realizados con revólveres y que la munición empleada es del calibre 11,43, "un calibre de malhechores y asesinos", fácil de encontrar en los ambientes de la mafia de Burdeos. El atentado ha sorprendido a la policía francesa, que no creía que los GAL pudieran operar, tras las detenciones del pasado abril en el sur de Francia, de varias personas presuntamente implicadas en esa organización contraterrorista. Por otra parte, ayer por la mañana, cinco individuos, cuatro de ellos vestidos con monos de trabajo, se personaron minutos después de las 10.00 horas en las oficinas de Conservas Orlando, situadas en el barrio donostiarra de Orós, y preguntaron por uno de los industriales. Una secretaria se negó a abrirles la puerta de cristal blindado que comunica con los despachos, y los cinco individuos huyeron rápidamente al ver abortado su intento de acceder a los despachos.

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