Managers

Hace años Antony Jay ya dijo que el término manager es insultante y deprimente, ya que en sus orígenes anglosajones viene a ser sinónimo de capataz. Es decir, alguien puesto por el propietario para que vigile y controle la compañía. Nada en común con quienes piensan ni con los que realizan. Es verdad que a veces las palabras superan sus nefastos orígenes. Un manager en principio no es un directivo. Está a caballo entre un ejecutivo y un experto en organización de empresas. Y los directivos de empresa pueden ser creativos o controladores. Jay los clasificó como el yogui y el comisario. El que aporta ideas como impulsor de un proyecto y quien se ciñe estrictamente a lo que sabe hacer: poner en marcha la maquinaria para que dé los resultados previstos. Tampoco es preciso que estas cualidades permanezcan como antagónicas. De su adecuada sintonía surgen los auténticos empresarios.

La desaparición del empresario Francisco Roig Ballester, padre de Juan y Fernando Roig Alfonso, presidentes de Mercadona y Pamesa, respectivamente, pone de manifiesto la importancia de un modelo y de unos principios transmitidos de generación en generación. De un negocio ocasional a una gran empresa va una trayectoria de convicción, dedicación, trabajo, concepción, creatividad, gestión y cultura empresarial.

Vascos, gallegos, catalanes y madrileños son los gestores que destacan en mayor medida entre las empresas que lideran los distintos sectores productivos de la economía española. Muchos caballeros y algunas damas en la clasificación que ha establecido el diario económico Cinco Días. Y entre todos ellos un solo valenciano Juan Roig, en el sector de distribución y únicamente precedido por Amancio Ortega (Inditex) e Isidoro Álvarez (El Corte Inglés). Seis variables se han barajado para establecer esta lista. El primer factor han sido los resultados económicos, acompañados de la calidad del producto; la cultura de la organización y su política laboral; el impacto de la empresa en su entorno; su dimensión global, presencia internacional y su capacidad de innovar. Tradicionalmente se ha considerado que el papel de la Comunidad Valenciana en el conjunto español representa aproximadamente un 10%. En este caso nuestra autonomía va muy por detrás, al tiempo que sale mal parada la aristocracia empresarial valenciana.

El liderazgo empresarial de Juan Roig ya es incuestionable a partir de su experiencia en Mercadona. Situado en persona en la directiva de la Asociación Valenciana de Empresarios, y notablemente representado en los comités de la Confederación Empresarial Valenciana y de la Cámara de Comercio, supone un referente. Destaca entre los empresarios valencianos que influyen en el Instituto de la Empresa Familiar con sede en Barcelona y ámbito estatal. Desde la presidencia de AECOC y desde la Cátedra de Cultura Empresarial ha marcado pautas a imitar por otros protagonistas del mundo de los negocios.

El panorama empresarial valenciano está en deuda consigo mismo en el terreno de la ética, como línea de comportamiento a compartir y asumir con todas sus consecuencias. Hay que borrar algunas páginas enmarañadas o en su caso, enmendarlas con otras clarividentes que permitan conseguir a los empresarios valencianos situarse en el lugar que les corresponde.