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La UE responde a la crisis con un impulso a las reformas acordadas en Lisboa

Un grupo de trabajo deberá presentar propuestas sobre el mercado laboral dentro de un año

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se comprometieron ayer en Bruselas a dar un balón de oxígeno al proceso de reformas lanzado hace tres años en Lisboa para mejorar la competitividad y la productividad de la economía europea. Una nueva declaración de intenciones -la cuarta-, que hacían los Quince sin perder de vista las consecuencias impredecibles que pueda tener la guerra de Irak en sus economías. En las 36 páginas de conclusiones presentadas tras la cumbre, la única que se concreta es la creación de un grupo que identifique las medidas necesarias para la reforma del mercado laboral. Este grupo deberá presentar sus conclusiones en el plazo de un año.

El proceso de reformas lanzado en la primavera de 2000 en la cumbre de Lisboa, para hacer de la UE la economía más competitiva y dinámica del mundo en 2010, está estancado desde hace un año. A la crisis económica, que se está prolongando más de lo previsto, se le han sumado las incertidumbres geopolíticas que rodean al conflicto en Irak, "que están ejerciendo una presión importante sobre las perspectivas a corto plazo y retrasando la recuperación". Así lo pusieron en evidencia ayer los Quince en Bruselas.

El vicepresidente segundo del Gobierno español y ministro de Economía, Rodrigo Rato, aseguró, sin embargo, que España, hasta el momento, "no se ha visto dañada por las circunstancias de Irak", ni en términos de crecimiento ni en términos de empleo. "La repercusión más directa de la crisis de Irak", continuó el vicepresidente, "está relacionada con el precio del petróleo". "Debemos evitar cualquier tipo de alarmismo innecesario", dijo. No obstante, el último informe de coyuntura de su departamento, divulgado ayer, reconocía que la actual incertidumbre perjudica a la inversión.

El Ministerio español de Economía, así como la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Consejo Ecofin permanecerán vigilantes para actuar de forma coordinada si fuera necesario. Se trataría de reaccionar de la misma manera que tras los eventos del 11-S de 2001. Rato afirmó, en todo caso, que si el precio del barril se "estabiliza" en el nivel de los 25 dólares, "indudablemente supondrá una ventaja enormemente positiva para la recuperación de la economía mundial".

El problema principal al que se enfrentan hoy los Quince es que ya se ha recorrido prácticamente un tercio del camino emprendido en Lisboa y, como afirman las conclusiones de la cumbre, "es mucho lo que queda aún por hacer". Y entretanto, economías emergentes como la china amenazan con ponerse entre la europea y la estadounidense. La situación actual puede agravarse aún más si la UE no adopta una estrategia adecuada para hacer frente al reto del envejecimiento y garantizar la viabilidad de las finanzas públicas.

"Ha llegado la hora de que la Unión y los Estados miembros cumplan sus compromisos traduciendo las palabras en hechos", añaden los jefes de Estado y de Gobierno en las conclusiones, reiterando así su "firme empeño personal" para continuar con las reformas en tres pilares: el económico, el social y el medioambiental.

Pero la crisis económica obligó ayer a los Quince a mantener intactos los objetivos y las reformas que se fijaron hace un año en Barcelona, según las conclusiones aprobadas ayer por el Consejo. Y es que, como comentaban fuentes diplomáticas, "no es el momento apropiado para presionar a nadie; lo que hay ya es mucho".

La única novedad real que aparece en las 36 páginas del texto aprobado ayer es la creación de un grupo operativo para el empleo que deberá identificar para dentro de un año las reformas "clave" que deberán realizarse en los mercados laborales de cada uno de los países.

En síntesis, lo que se desprende de las conclusiones adoptadas ayer por el Consejo Europeo es animar a los países a que emprendan a lo largo del año, conforme vaya mejorando la situación económica, una serie de reformas que son necesarias para devolver a la UE su capacidad de crecimiento y de creación de empleo.

Pleno empleo

Los objetivos son, grosso modo, alcanzar en 2010 una tasa de empleo del 70%, que las inversiones en I+D representen el 3% del PIB, mejorar la productividad de los trabajadores y dotar a la economía de una base sólida que le permita crecer por encima de su potencial.

Para conseguir todo esto se deberán hacer cambios importantes en el ámbito de la fiscalidad y reducir los costes laborales para incentivar la creación de nuevos empleos entre jóvenes parados, mujeres y mayores. La formación permanente deberá jugar un papel vital. En paralelo se deberá incentivar la innovación y el espíritu empresarial, para facilitar la creación de nuevas empresas y más competitivas.

Al mismo tiempo se deberán impulsar una mayor apertura e integración de los mercados europeos con vistas a la próxima ampliación de la UE, especialmente entre las industrias de red como las de energías, transportes y telecomunicaciones. Y por supuesto, se deberá acelerar la introducción de la banda ancha y de Internet a alta velocidad, una pieza clave en el desarrollo de la sociedad de la información. Sin olvidar el desarrollo de nuevas tecnologías limpias.

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