A la memoria de José Manuel Blecua

El pasado 8 de marzo falleció a los 90 años José Manuel Blecua Teijeiro. Su muerte ha causado hondo pesar en los ambientes universitarios y ha tenido eco en los medios de comunicación. Firmas muy autorizadas han destacado ya su profunda humanidad, su notable magisterio y su rigurosa erudición. Me permito señalar otros aspectos de su extraordinario currículo.

1. Su trayectoria como catedrático de Lengua y Literatura Españolas en los institutos de Cuevas del Almanzora, Goya de Zaragoza y Menéndez Pelayo de Barcelona, donde, sin duda, despertó el interés por la literatura en muchos adolescentes y jóvenes, tarea apoyada en sus manuales y en los útiles volúmenes de la colección Ebro, que él dirigía. Sus inicios profesionales en la enseñanza media le llevaron a tener siempre una alta consideración de este nivel educativo y de sus profesores.

2. En la Universidad de Barcelona fuimos muchos quienes aprendimos de él su buen hacer docente e investigador. Recibieron sus doctas lecciones personas con responsabilidades públicas -políticas, institucionales, docentes- en la Cataluña actual y también fuera de ella. Además, José Manuel Blecua Teijeiro, con rigor y pasión, suscitaba, desde la lectura de textos y desde una metodología moderna, hoy tan al uso, el gusto por la literatura y por la investigación filológica.

Muchas gracias, doctor Blecua, por su ejemplo, por haber formado legión de profesores (empezando por sus hijos José Manuel y Luis Alberto) que nos sentimos con orgullo discípulos y seguidores de su magisterio en universidades, institutos y otros centros docentes. Con el aliento heredado en su juventud de la Institución Libre de Enseñanza, con sus obras -manuales, ediciones antológicas- y, sobre todo, con su obra de haber creado escuela.

Otra vida más larga/ De fama tan gloriosa/ Acá dejáis.