La Real aguanta el tirón del Madrid
Denoueix invitó a la Real a soñar con el título y la Real le devolvió la invitación durmiendo largo tiempo en El Sardinero. Cuando despertó, empezó a soñar. En marzo, se puede soñar con el título, como mandan los cánones.
Ocurría que el Madrid le había metido presión con una victoria en Villarreal que obligaba a los donostiarras a ganar. Y en ese debate, la Real se enredó en Santander sin saber a qué jugaba. Le bastó al Racing poner al israelí Benayoun en la media punta, con su juego pizpireto y llenó de recortes, para descareditar a la defensa improvisada de la Real. Y la armó. A los cinco minutos marcó un gol propio de un jugador listo y templado: cuando lo lógico era volear, controló con el pecho y cruzó el balón con la punterita de la bota. Además del gol, Benayoun dio una clase magistral de balones en profundidad que sólo le suspendió un desplicado juez de línea.
RACING 1 - REAL SOCIEDAD 2
Racing: Lemmens; Coromina, Arzeno, Juanma, Neru; Ismael (Aguilar, m. 81), Nafti; Pablo Lago (Sarabia, n. 66), Benayoun, Javi Guerrero; y Diego Alonso (Txiki, m. 75).
Real Sociedad: Westerveld; Kvarme, Jauregi, Boris, López Rekarte; Karpin (Tayfun, m. 75), Aranburu, Xabi Alonso, De Pedro (Barkero, m. 80); Nihat y Kovacevic (Mikel Alonso, m. 75).
Goles: 1-0. M. 5. Centro de Neru desde la izquierda, Diego Alonso toca de cabeza, Benayoun controla con el pecho y, cayéndose, golpea suave, cruzando el balón. 1-1. M 22. Falta de Arzeno a Kovacevic que transforma Nihat. 1-2. M. 60. Falta que saca De Pedro, falla en la salida Lemmens y Karpin empuja a la red.
Árbitro: Daudén Ibáñez. Expulsó a Nafti por dos cartulinas (m. 87) y mostró tarjetas amarillas a Arzeno, López Rekarte, Ismael y Sarabia
Unos 18.000 espectadores en El Sardinero.
Pero el fútbol siempre deja resquicios para la gloria. La acción individual en esta ocasión le correspondió a Nihat, propiciada por una falta tan impetuosa como innecesaria de Arzeno sobre Kovacevic. El delantero turco se perfiló, arqueó el disparo, superó a la barrera y el balón se acomodó en la red rozando el poste. De Pedro también halló su lugar. Le metió un centro con trampa a Lemmens, que picó como un principiante. Cuando metió la mano, el balón se enroscó y llegó a pies de Karpin que empujó a la red.
El fútbol se había vuelto anecdótico, ocasional. La inteligencia de Benayoun, la habilidad de Nihat, la precisión de De Pedro. Pero en toda película hay un malo. El papel le correspondió a Ismael, que dos minutos antes del gol de Karpin, lanzó fuera un penalti a Benayoun. Los cambios empeoraron al Racing y los goles aquietaron a la Real. El partido se trivializó y la Real aguantó el tirón del Madrid.
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