Pep Feliu: "La tecnología eleva la autoestima de los pueblos indígenas"

"¿Saben cuál es el bicho más cibernético?", pregunta Pep Feliu desde el Amazonas. "¡La cucaracha! Cada vez que abro un ordenador salen cuatro o cinco de su interior". Este técnico informático, de 55 años, lleva un lustro enseñando "computación" en las comunidades indígenas del norte de Perú. Vive en Yurimaguas y viaja con frecuencia a las comunidades indígenas chayahuitas en el río Paranapura. Feliu apareció en Ciberp@ís en 1998, y sigue en el Amazonas. Cinco años le han servido para ver cómo ha aumentado el número de aulas informáticas en la zona.

"Usamos máquinas 486 DX2 y DX4, y Pentium I de poca capacidad de memoria y poco disco duro. Aprendemos y trabajamos con Windows 95 y 98. Y por supuesto no hemos llegado, todavía, a la conexión con Internet. En estas comunidades no hay luz eléctrica, ni línea de teléfono, ni tampoco agua corriente, ni otros servicios. Los ordenadores funcionan con placas solares en algunos lugares o con grupos electrógenos". Las máquinas que usan son, en su mayoría, donaciones del País Vasco.

"El mejor servicio que presta la tecnología es elevar la autoestima de los pueblos indígenas y mestizos marginados por el sistema", asegura Feliu. El teléfono móvil también ayudaría, pero "en Yurimaguas no ha llegado la fiebre del móvil porque sencillamente no hay cobertura".

Otra de las actividades de este catalán sigue siendo hoy la reparación de las máquinas. Las condiciones de humedad, calor y polvo hacen que se averíen más de lo normal. El problema de estas máquinas es que tienen muchas dificultades para encontrar recambios. "Con tantos problemas, el funcionamiento de los ordenadores parece un auténtico milagro. ¿Será por esto por lo que un niño al verme con mi barba larga y blanca dijo todo asombrado: '¡Ahí va, pero si es Dios!'?".