El 'Veo veo', contra la discriminación
Un circuito de juegos en el Museo de Antropología enseña a los niños a respetar ideas y culturas diferentes
Juan, como muchos otros niños de diez años, no sabe lo que es un chivo expiatorio. Pero reconoce que en su curso de 5º de primaria en el colegio Rufino Blanco (Chamberí) hay compañeros a los que se les culpa sin razón de todo lo malo que sucede. "Eso pasa con un chaval de clase que insulta a todos y con otro que hace cosas guarras como comerse los mocos", explica este alumno mientras debate con algunos de sus compañeros de clase sobre lo que ellos entienden por discriminación.
"Hay gente que se mete con los gordos", comenta Inés. Patricia, a su lado, confiesa la poca gracia que le hace que rían de su ortodoncia llamándole "dientes metálicos". Álvaro recuerda que tuvieron un compañero negro al que algunos insultaban jugando al fútbol y Jesús se pregunta por qué los chavales bajitos como él tienen que aguantar que les califiquen de "enanos" y "hobbits". Los ecuatorianos Cristian y Lenin no entienden porqué hay chavales tan chulos que se dedican a quitar el balón en el patio a los más pequeños.
Toda esta tormenta de ideas infantil sobre la discriminación, el racismo y los prejuicios es producto de la visita que realizaron ayer estos escolares al Museo Nacional de Antropología (Alfonso XII, 68. Metro Atocha Renfe), donde, hasta el próximo 23 de marzo, la ONG Asamblea de Cooperación por la Paz ha instalado, con el nombre de Veo veo, un circuito de juegos cuyo objetivo es enseñar a los chavales de 10 a 14 a respetar las ideas y culturas diferentes. A través de preguntas, paneles y un vídeo se les hacer pensar sobre la discriminación, las generalizaciones, los prejuicios, el racismo o lo engañoso de las apariencias.
Los chavales inician el circuito -abierto de martes a viernes para los colegios y para todo el pùblico el fin de semana- con un vídeo. El reportaje muestra las diferencias entre culturas. Después observan una serie de paneles que intentan ahondar en la idea de que, a menudo, las apariencias engañan: dibujos en los que, según la perspectiva, se ve un indio o un esquimal; secuencias en las que parece que un grupo de niños ha roto un escaparate con el balón cuando, en realidad es un adulto quien lo ha hecho...
Se pretende también que los chavales distingan entre hecho y opinión y que sepan lo que es una generalización y un prejuicio. Se les plantean cuestiones que a veces les chocan, como por ejemplo, si creen que todos los pájaros saben volar o si consideran que todos dominicanos bailan bien el merengue.
"Los chicos absorben los conceptos con una velocidad asombrosa. Hay cosas que les impresionan, como una noticia, expuesta al final del circuito, en la que se relata el asesinato de un niño de la calle en Río de Janeiro; a través de ella se dan cuenta de que no todos los chavales tienen casa y familia como ellos", explican Gemma Lucendo y Raquel Cristóbal, las dos monitoras que acompañan a los escolares durante el circuito.
A los niños también se les pregunta qué debe de hacer un chaval al que los mandones de la clase discriminan o utilizan como chivo expiatorio. "Lo mejor es que no les haga caso, porque se meten con él para picarle y si les sigue el rollo es mucho peor", responde la mayoría, como si fueran pequeños cascos azules.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.