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SACUDIDA EN EL SECTOR ENERGÉTICO

El presidente de Gas Natural se reúne hoy con el Gobierno vasco para explicarle la operación

Los Gobiernos de Barcelona y Vitoria se muestran cautos ante la operación de fusión

El presidente de Gas Natural, Antoni Brufau, explicará hoy la OPA sobre Iberdrola al portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz. En las últimas horas, las reacciones de los políticos y empresarios vascos muestran extrañeza por la operación. La fría aceptación vasca tiene como contrapunto el tímido aplauso catalán: "Nos gusta, pero nos mantenemos equidistantes de las dos compañías", dijo ayer Francesc Homs, consejero de Economía de la Generalitat. La OPA ha invertido los papeles: los poderes económicos marcan el ritmo, y los políticos se limitan a verlas venir.

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Los consejeros de Gas Natural, que han secundado a Brufau en el lanzamiento sorpresivo de la OPA, se sienten respaldados por muchos de los mandos ejecutivos de Iberdrola. La eléctrica rezuma responsabilidad profesional. Algunos de sus mejores directivos ven con buenos ojos la posibilidad de crear un conglomerado energético, que tiene su base industrial en el gas y la electricidad y su pata financiera en La Caixa.

La OPA ha puesto sobre la mesa un choque de intereses: en un lado están los equipos profesionales de ambas empresas, que ven la operación con buenos ojos; y enfrente, dos accionistas de referencia de ambas compañías, el BBVA en Iberdrola, y Repsol YPF en Gas Natural, que no están por la labor. La negativa del BBVA y Repsol YPF confluye en la figura del vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, quien se opone sin reservas a la OPA. Sánchez Galán accedió al cargo después de frustrarse la fusión entre Endesa e Iberdrola, una operación que desgastó a su antecesor, Javier Herrero. Por su parte, el empeño del sector profesional desemboca en la figura de José Luis López de Silanes, quien, pese a representar a Repsol en el consejo de Gas Natural, se ampara en los intereses y el buen gobierno de su empresa para estar a favor de la OPA.

Detrás del primer grupo se sitúan los gobiernos nacionalistas catalán y vasco. El primero, cauteloso y reservón, aunque claramente favorable. Francesc Homs se mostró satisfecho de que el conglomerado Gas / Iberdrola llegue a convertirse en el tercer grupo energético de Europa. Homs dijo: "El hecho de que una empresa con sede en Cataluña logre una mayor significación en Europa nos parece muy bien". El consejero fue secundado desde el Congreso cuando el portavoz económico de Convergència i Unió (CiU), Josep Sánchez Llibre, afirmó: "La operación resulta incontestable desde el punto de vista de la competencia".

Preocupación

El Gobierno vasco se mostró más frío en sus apreciaciones, quizá por desconocimiento -ayer el diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV) Iñaki Anasagasti admitió en los pasillos del Congreso que su Gobierno desconocía la operación-, pero preocupado de que la operación reduzca las inversiones en el País Vasco. Al Gobierno vasco no le gusta una decisión que podría llevarse de Euskadi un centro de decisión. El propio Ejecutivo autónomo trató ayer el asunto en su reunión semanal en Vitoria, y la misma inquietud surgió en los círculos empresariales vascos.

En Euskadi existe una cierta sensación de que en gran medida se ha perdido el BBVA y que sólo queda Iberdrola como gran empresa vasca. La apuesta de la Bilbao Bizcaia Kutxa (BBK) por la entidad es una opción para mantener a la eléctrica ligada a Vizcaya, tanto en sus inversiones como en su localización. Así, la OPA de Gas Natural ha caído por sorpresa generando grandes dosis de incertidumbre. La sensación general es que no saldrá adelante, y todos hacen cuentas para saber si Gas Natural logrará el 75% del capital.

En Vitoria, Imaz dejaba ayer la decisión en manos de las empresas, pero al mismo tiempo anunciaba que su Ejecutivo iba a seguir de cerca "las consecuencias" y "tratará de defender los intereses vascos". Por su parte, la BBK respaldó las inversiones en "su territorio", pero lamentó el carácter "hostil" de la oferta. En los medios financieros de Bilbao y Madrid se recordaba que la caja vizcaína encabezó la oposición al intento de fusión entre Endesa e Iberdrola junto al BBVA.

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