En busca de otra gesta

Old Trafford, Highbury, Olímpico de Múnich, San Siro, Parque de los Príncipes... En su tercer año en la Copa de Europa, el Deportivo ya puede recitar una letanía de conquistas que otros no han conseguido en decenios. Delle Alpi, el moderno estadio del venerable Juventus, no figura aún entre las plazas europeas derribadas por el Depor, aunque tampoco le ha ido mal allí: sus dos visitas se han saldado con empates sin goles. Por tercer curso consecutivo, el equipo de Javier Irureta regresa a Turín, pero ahora más acuciado que nunca. Sólo una victoria esta noche le garantizaría el pase a los cuartos de final. Un empate le dejaría a expensas de lo que hiciera el club italiano en la última jornada.

La eterna niebla que cubre las avenidas adoquinadas de Turín ya es como un paisaje cotidiano para el Deportivo, condenado a medirse todas las temporadas al Juventus. Cinco veces han jugado en apenas dos años y medio y el Depor nunca ha perdido con la vecchia signora, aunque también es cierto que sólo le ha ganado una vez (2-0, en Riazor, la pasada campaña). El duelo de hoy reviste un dramatismo que no tenían los de las ocasiones anteriores. Y es que se jugará sobre un filo tan delgado que recuerda al de una final. El que gane tendrá asegurado el pase a los cuartos. En caso de igualada, el Depor debería derrotar en la última jornada en Riazor a un Manchester ya clasificado y rezar para que la Juve no venciese en Basilea.

El discurso oficial del entrenador y de la plantilla blanquiazul pregona que el objetivo es el triunfo, pero tampoco se oculta que la posibilidad que dejaría en el aire un hipotético empate les concede un margen de maniobra. "No vamos a ser irresponsables", anticipó Irureta; "los partidos se ganan trabajándolos, madurándolos, intentando controlarlos".

"No podemos irnos todos a atacar", convino Makaay; "si les das espacios, ellos son muy peligrosos". El goleador holandés dejó además una pequeña provocación para la prensa italiana: dijo que no le interesa jugar en este país porque prefiere el campeonato español o el inglés. El día antes, el técnico local, Marcello Lippi, había señalado al fútbol italiano como el mejor de Europa.

Lippi está tan ufano que ayer proclamaba en el diario Tuttosport: "Este equipo merece un monumento. El más grande de Turín". Con el retorno de Lippi, la pasada campaña, el Juventus ha recuperado la estabilidad y los éxitos. Ganó la última Liga y vuelve a encabezar la actual con cierta holgura. Pero su cartel en Europa está en entredicho tras sus dos derrotas ante el Manchester, que le vapuleó (0-3) en Delle Alpi. Y sigue sin Del Piero, lesionado desde hace más de un mes, aunque recupera a Nedved, la otra joya de un equipo en el que, según la tradición, hay más musculatura que fantasía.

Juventus: Buffon; Thuram, Ferrara, Montero, Zambrotta o Pessotto; Tachinardi, Davids; Camoranesi, Nedved, Di Vaio; y Trezeguet.

Deportivo: Juanmi; Héctor, Naybet, Andrade, Romero; Duscher, Mauro; Scaloni, Valerón o Tristán, Fran; y Makaay.