Cambio de imagen en el Maremàgnum
El centro reducirá a la mitad la oferta de ocio nocturno y duplicará la comercial
El Maremàgnum que conocemos hoy tendrá poco que ver con el del futuro. Tanto en el contenido como en el continente. La semana pasada empezaron las obras de reforma que darán una nueva imagen al complejo lúdico-comercial; se dividirán en dos fases y podrían alargarse hasta el año 2007. Las obras, con un presupuesto de 22 millones de euros, modificarán la estructura interna y externa del centro, que en un plazo de dos o tres años pasará a reducir a la mitad su oferta de ocio nocturno y duplicará el número de locales comerciales. En la actualidad, el complejo Maremàgnum consta de 48 tiendas, 9 bares musicales y discotecas, 28 restaurantes y cafeterías, un multicine, un mini-golf y una sala para convenciones.
"Es una reforma natural. En Estados Unidos los centros comerciales se renuevan cada cinco años y nosotros ya llevamos ocho de funcionamiento", explica Assumpció Brullet, directora general de Odisea 2000, la empresa que gestiona Maremàgnum. Brullet quiere dejar claro que este cambio no tiene nada que ver con los gravísimos altercados que se han producido en los últimos años en algunos bares y discotecas del complejo por discriminación racial en el derecho de admisión. El más grave de ellos ocurrió en enero del año pasado con la muerte del joven ecuatoriano Wilson Pacheco a manos de tres personas que trabajaban como vigilantes de seguridad y porteros. "Reconozco que estos episodios violentos nos han dado una mala imagen, pero hemos demostrado que en el Maremàgnum se está tranquilo y seguro", añade Brullet. La directora general cree que las discotecas del centro "han pasado de moda" y que ahora se debe potenciar la oferta para un público "más familiar". Además de reducir el número de bares y discotecas, también se pretende concentrarlos en la segunda planta. "No es que queramos eliminar la oferta nocturna. La noche tiene cabida en nuestro centro, pero queremos unas noches tranquilas y de calidad", matiza Brullet, quien asumió la dirección general de la empresa el pasado septiembre.
Durante la primera fase de las obras, que terminarán este mes de junio, se cambiarán los pavimentos y el techo del complejo -se vestirán de color blanco- y se realizarán aperturas laterales acristaladas. El objetivo es potenciar la luminosidad. Estos trabajos se están llevando a cabo durante la noche para no interrumpir la actividad comercial. Durante el verano se suspenderán las obras, y se reanudarán en septiembre con la apertura de un nuevo tragaluz. Esta actuación finalizará a principios del próximo año.
La reforma exterior del complejo todavía no tiene fecha de inicio, pero está previsto que termine como máximo a principios de 2007. Esta segunda fase comportará el derrumbe de los actuales cines Cinesa-Maremàgnum y su traslado a un edificio que estará adosado al actual complejo. El proyecto también prevé la reurbanización de la nueva plaza.
Para potenciar la vertiente lúdica del centro, que el año pasado recibió unos 13 millones de visitantes, la plaza Odissea acoge desde el pasado fin de semana hasta el 21 de abril una feria de atracciones infantiles.Los más pequeños también pueden conseguir entradas gratuitas para ir al cine los domingos. El nuevo Maremàgnum quiere darse a conocer.
Denuncias a la baja
La mala fama de los locales nocturnos del Maremàgnum no es gratuita. Los bares y discotecas del complejo han ido acumulando un número importante de expedientes sancionadores en los últimos años, aunque parece que la tendencia vaya a la baja. La mala publicidad, la mayor toma de conciencia y la mejora de los sistemas de seguridad han redundado en un número inferior de denuncias.
El Ayuntamiento de Barcelona abrió el año pasado cinco expedientes sancionadores contra estos locales. Esta cifra contrasta con los 22 que se abrieron en 2001 y los 18 de 2000. De todos ellos, la gran mayoría fue por vulnerar el derecho de admisión. El distrito de Ciutat Vella canaliza todas las denuncias que los cuerpos de seguridad cursan contra estos locales. Los Mossos d'Esquadra y la Policía Portuaria pusieron un total de 58 denuncias en 2000; 33 en 2001 y 16 el año pasado.
Aunque las cifras hablen por sí mismas y demuestren que el número de incidentes desciende, SOS Racismo no baja la guardia y advierte de que se sigue aplicando mal el derecho de admisión y que muchas veces va acompañado de una agresión. Esta ONG recibió el año pasado 13 denuncias por discriminación en la entrada de bares y discotecas del Maremàgnum por cuestión de raza, mientras que en 2002 fueron 15 y en 2001, 18. "Las cifras nos indican que los incidentes sí se han reducido, pero debemos tener en cuenta que en medio hay la muerte de Wilson Pacheco", matizan desde la oficina de denuncias de la organización.
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