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Pasqual renuncia a dirigir el Lliure por falta de respaldo institucional

Las administraciones presentarán el martes una alternativa

Jacinto Antón

Lluís Pasqual, considerado el heredero natural del Teatre Lliure, vuelve a quedarse a las puertas del teatro y no dirigirá el colectivo. Pasqual hizo pública ayer una carta en la que comunica su decisión de renunciar "definitivamente" a la propuesta de dirigir el Lliure que se le había efectuado. Lluís Pasqual aduce que no cuenta con el apoyo de las administraciones catalanas y afirma que no puede hacerse cargo de la dirección en esas circunstancias.

El futuro del Teatre Lliure vuelve a quedar en suspenso. Pasqual recibió un jarro de agua fría el pasado 18 de febrero cuando las administraciones catalanas que financian el Lliure (Generalitat, Ayuntamiento y Diputación de Barcelona) impidieron que se le nombrara director en la asamblea de patronos de la fundación que rige el colectivo, que mayoritariamente (incluido el representante del Ministerio de Cultura) se había pronunciado a favor de elegirle inmediatamente. Las administraciones catalanas adujeron entonces cuestiones de procedimiento y subrayaron que la asamblea no era el foro en que se debía nombrar al director. Esta decisión supuso una sorpresa y un desplante para Pasqual, que incluso tenía previsto ofrecer después de la asamblea una conferencia de prensa (a la que no acudió). Más aún porque había aceptado unilateralmente mantener durante un tiempo en suspenso su reivindicación de más recursos públicos para el Lliure.

En su escrito de renuncia, dirigido a Antoni Dalmau, presidente de la Fundación Teatre Lliure, Pasqual subraya que ante la posición de las administraciones catalanas en la asamblea entendió "lo que tenía que entender" pero, partidario de no reaccionar "en caliente", ha esperado un tiempo para tomar su decisión de renunciar.

Pasqual escribe que hay razones de tipo personal, que no cita, y profesionales, que pasa a detallar. En su opinión, para ocupar la dirección de un teatro tutelado ("por decirlo a la francesa") por las administraciones, "lo que se ha de tener por encima de todo es el apoyo de principio y absoluto de las propias administraciones". Pasqual recalca que las administraciones, tras aceptar que Dalmau le propusiera a él dirigir el Lliure, han dado "marcha atrás" y el apoyo entonces ha quedado "en franco entredicho". Y añade: "De todos los males que puede tener un teatro, el peor es cuando se establece un divorcio de este tipo entre el poder político y económico y el artístico, porque con su actuación los administradores políticos le roban al teatro la propia legitimidad". Tras recordar Pasqual que incluso con una figura de consenso como el anterior director, Josep Montanyès, "los problemas se agravaban ante la más absoluta indiferencia o intransigencia de los responsables políticos", señala lo que podría pasar con alguien que no reúne esas cualidades.

Pasqual añade que su actividad artística propia, además, se vería gravemente perjudicada en el estado actual de las cosas, "y eso sí que no me lo puedo permitir", puntualiza . Y concluye que para el Lliure "cualquier solución generará más consenso y será mejor".

Para el martes próximo estaba convocada la junta de gobierno del Lliure, en la que participan también las instituciones, a fin de tomar la decisión sobre el nombramiento, y los más optimistas del Lliure consideraban que sólo sería un trámite del que saldría sin duda Pasqual como director. Esa reunión prevista se mantiene y en ella se discutirán las alternativas a Pasqual. El consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, manifestó ayer que en la junta de gobierno del Lliure "se hará pública una propuesta que dará salida a una solución para resolver el asunto". Vilajoana aseguró que "se está trabajando con el resto de las instituciones implicadas para encontrar una solución para resolverlo".

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Según algunas fuentes, en los últimos días ha habido conversaciones con el objetivo de crear en el Lliure la figura de un director gerente que, al igual que en otras instituciones culturales de la ciudad, compartiera las responsabilidades con Pasqual, quien hubiera quedado más ceñido al aspecto artístico. En el Lliure se consideraba esta opción no aceptable por cuanto una revisión de la estructura de gobierno del teatro -que el propio Pasqual estaba dispuesto a aceptar- debía estar vinculada al aumento de ayuda pública.

A los representantes de las instituciones, aunque sorprendidos, no pareció ayer temblarles lo más mínimo el pulso ante la salida de Pasqual, por considerar que, aunque es "un gran profesional", existen otras alternativas.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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