Jade, nácar y carey en Palacio
Patrimonio Nacional reúne en una exposición el más delicado arte suntuario de Asia
El Palacio Real de Madrid abre sus salas a la deslumbrante muestra de arte suntuario de Asia que los Reales Sitios atesoran. Un equipo de Patrimonio Nacional, dirigido por los historiadores Carlos Martínez Shaw y Marina Alfonso Mola, ha dedicado tres años a reunir, documentar y preparar hasta 236 objetos procedentes de Filipinas, Japón, China, India, Persia y la Sublime Puerta, Turquía. Se exhiben desde mañana hasta el mes de mayo, en horario continuo de 9.30 a 17.00.
Por debajo de la magnificencia de las porcelanas azules, los nácares y jades, las bruñidas armas y los libros delicadamente miniados con caligrafía maestra, discurre el fascinante relato que conecta cada uno de ellos con España a través de las Casas de Habsburgo y Borbón. Tres siglos hubo presencia hispana en Filipinas; dos centurias más, colonias de jesuitas españoles y portugueses en la India, en China y las islas japonesas.
El nexo hispano-luso con tierras tan lejanas se mantuvo por vía naval, ya que el acceso mediterráneo a la Ruta de la Seda quedó sellado por el turco, algunos de cuyos atributos guerreros, capturados en la batalla de Lepanto, tal cual la reluciente celada de Alí Baja o sus mórbidos estandartes de cola de caballo, tug, muestra la exposición.
Poemas del persa Ferdowsi esplendorosamente policromados reposan junto a relicarios de plata y láminas de lábil carey del Gujarat indio y de colgaduras de incitante seda que decoraron el lecho de Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II. Tanta historicidad queda integrada en los espacios silenciosos del arte de Asia gracias a un sabio montaje de Jesús Montero.