El 'Tortuga' Perera coloca líder con sus goles al Albacete

"Soy chepaíto, por eso me llaman El Tortuga. No es que me moleste, pero estas cosas se deberían quedar en el vestuario. No sé quién ha podido contarlo". Jesús Perera no es que sea lento, sino que, cuando corre, saca una pequeña chepa que le sirve de propulsor. Y corre tan rápido como para ser el máximo goleador de la Segunda, con 16 tantos, y lanzar al Albacete al inesperado liderazgo de la categoría, con opciones de volver a Primera ocho años después de dejarla.

Pero, ¿quién es Jesús Perera? "Es un delantero joven [en abril cumple 23 años] y muy, muy interesante", dice su técnico en el Alba, César Ferrando, "no es un 10 en nada, pero sí un 8 en todo: control del balón, pase, regate, desmarque.... No es tan rápido como Ronaldo, pero sí más que Raúl. Puede jugar de interior, de segundo delantero o de primero".

"Perera no es un delantero de área, sino que se deja caer al medio del campo", añade su compañero y centrocampista Parri, otro de los goleadores del Albacete con seis tantos. "Jesús siempre piensa en el gol", abunda Jandro, el media punta del Celta cedido en diciembre al Albacete y que, en cuatro partidos, suma dos goles y tres pases de gol.

¿Sus puntos débiles? "Debo mejorar físicamente porque llego cansado al final de los partidos. Y también la cabeza: no venirme abajo a las primeras de cambio". En ese aspecto, cuenta con una gran ayuda en el banquillo: Ferrando es un gran conductor de grupo.

Perera es natural de Olivenza, un pueblo de 12.000 habitantes y a 24 kilómetros de Badajoz que está festejando la gran campaña de su paisano. Mientras, el padre del jugador, que trabaja en una fábrica de jamones, surte a la plantilla albaceteña de todo tipo de perniles. "Todavía no he podido retirar a mi padre, pero espero hacerlo", dice Perera, por quien el Mallorca tiene una opción de recompra por 360.000 euros. "En el Mallorca nadie confió en mí, pero claro que me apetece jugar en Primera".

Todo empezó para él en una cancha de fútbol sala. Después se pasó al fútbol grande en el Badajoz, de donde salió, con un cambio de residencia, rumbo al Mallorca. Tres años en la isla sin opciones de debutar en el primer equipo, pero con tiempo para trabar amistad con Tristán, con quien habla cada semana e intercambia felicitaciones. "Para mí, los mejores delanteros son Tristán y Raúl, aunque por mi juego me pueda parecer más a Víctor el del Villarreal".