Sin título
Cuando despertó, o, mejor dicho, cuando apareció en mi sueño despierto, rodeado de seres semejantes a él, de objetos llamados coches, pintalabios, libros... Entonces, igual que me sucedió aquella vez con el dinosaurio, volví a notar una extraña tristeza, y de nuevo estuve a punto de no hacerlo, y de nuevo me demoré una eternidad en cumplir con mi tarea de genio maligno, de ángel exterminador.
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