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Reportaje:

La debilidad de la 'dama de hierro'

Margaret Thatcher sobrellevaba la presión con whisky y vitamina B12

Margaret Thatcher recurría al whisky para aguantar tormentas políticas mientras estaba al frente del Gobierno británico. La ex primera ministra nunca ha ocultado su afición por un buen vaso de scotch, pero su dependencia en el alcohol iba más lejos. De acuerdo con su secretaria personal, Cynthia Crawford, la dama de hierro pasaba noches en vela bebiendo whisky tras whisky. Era un hábito regular en las jornadas de crisis de su largo mandato, desde 1979 a 1990.

Crawford también se sumaba a las sesiones etílicas. Acompañaba a su jefa durante esas noches en las que los problemas de Gobierno y las rencillas de sus propios colegas en el Partido Conservador le impedían cerrar el ojo. Por la mañana, acostumbraba a inyectarse B12 para recobrar la energía. Esta vitamina se extrae del pescado, la leche y los huevos.

"Debes beber whisky para ganar energía", recomendó una noche a su secretaria particular

Las revelaciones se incluyen en una serie documental sobre Thatcher, que emitará el canal comercial ITV el mes próximo. Titulado Maggie, la primera dama, y editado en cuatro capítulos, el programa se adentra en la biografía personal y política de esta influyente mujer. Recurre para ello a fuentes cercanas, como Crawford, quien la asistió durante su etapa de Gobierno, y a destacados miembros de su antiguo Gabinete. Su hija Carol y la Fundación Thatcher han prestado ayuda indirecta a la productora londinense Brooke Lapping, responsable del documental.

Crawford recuerda frente a la cámara una jornada en París, en noviembre de 1990. Thatcher asistía a una cumbre europea mientras su futuro se decidía en Londres. Su liderazgo había sido retado días atrás y el recuento de votos de los diputados conservadores, que concluyó esa misma tarde, presagiaba el principio del final de la vida política de Thatcher. "Regresó de una cena totalmente agotada. Pero después permanecimos toda la noche sentadas bebiendo. Me habló de su vida: de su infancia, de su padre, de Denis, de los gemelos, de todo. No nos acostamos", cuenta la secretaria.

Su marido, Denis Thatcher, prefería el gin-tonic, pero ella creía que el whishy era el genuino fortalecedor. "Me acuerdo de que un día me dijo: 'Querida, no puedes beber gin-tonic a mitad de la noche. Debes beber whisky para ganar energía", cuenta Crawford. En otra ocasión, la asistenta a punto estuvo de colgarse del malta escocés. Corría el año 1982 y el Reino Unido estaba enzarzado en la guerra de las Malvinas. "Solíamos sentarnos en el suelo [de su residencia] por la noche. Al final de la guerra estaba enganchada al whisky con soda", afirma la sombra permanente de la entonces primera ministra.

De acuerdo con la productora, el documental no retrata a Thatcher como una bebedora empedernida, aficionada a las borracheras de noche y al doping de día. "Recurría a las vitaminas y al whisky como una técnica fortificadora para conservar la energía", señaló ayer una portavoz de Brook Lapping, reconocida firma de producciones políticas. Biografías de Diana de Gales y de Milosevic destacan entre los trabajos previos de la productora.

Maggie, la primera dama ofrece un inusitado perfil de Thatcher al gran público. No hay intervenciones personales de la retratada en tanto que, para preservar su deteriorada salud, abandonó la vida pública y renunció a conceder entrevistas el año pasado. Pero antiguos colegas de Gobierno desvelan por primera vez aspectos de su férrea y, en ocasiones, despiadada personalidad. Entre ellos, Douglas Hurd, ministro en la década Thatcher, se sintió insultado durante un encuentro reciente. Preguntó a su antigua jefa la razón de su apoyo a John Major durante la carrera al liderazgo tory de 1990. "Aposté por John simplemente porque era el mejor de una mala piña", contestó. Hurd era uno de esos malos.

Algunas revelaciones parecen menos inesperadas. Otro de sus ministros, Kenneth Clarke, confirma que Thatcher trataba como "una vieja bota" a Geoffrey Howe, el titular de Exteriores.

Margaret Thatcher saluda a sus seguidores en junio de 1987.
Margaret Thatcher saluda a sus seguidores en junio de 1987.AP

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