Ningún sevillista podrá asistir el domingo al 'derby' del Villamarín

Sólo los cerca de 40.000 abonados del Betis podrán asisitir el próximo domingo al derby ante el Sevilla. Los sevillistas se quedan fuera. Manuel Ruiz de Lopera, el dueño del Betis, decidió ayer "no expender entradas al público, ni pases o invitaciones" para evitar "los lamentables altercados que se vienen sucediendo de un tiempo a esta parte", según anunció ayer. La entidad calcula en 300.000 euros las pérdidas económicas que sufrirá por su decisión. El Sevilla, a través de uno de sus vicepresidentes, José Castro, dijo que respeta y entiende la decisión del Betis.

El Consejo de Administración señaló la necesidad de la medida por el hecho de que el derby, "lejos de suponer una fiesta para la ciudad, está empañando gravemente la imagen de la misma, con hechos deplorables [en los tres últimos años] por parte de quienes no representan en absoluto" a las aficiones.

El comunicado hace así referencia a los tristes incidentes registrados en este partido de rivalidad en las tres últimas temporadas. En la primera vuelta de esta misma Liga, antes del inicio del Sevilla-Betis, el 6 de octubre, un puñado de energúmenos saltó el foso de Gol Sur, donde se colocan los ultras sevillistas, y propinó una brutal paliza a un guardia de seguridad, que acabó con la nariz rota y varias costillas contusionadas. Más tarde, con la primera parte en juego, otro aficionado, visiblemente borracho, saltó al césped e intentó agredir al portero bético Prats. El Sevilla fue castigado con el cierre de su campo por cuatro partidos.

En la pasada temporada, el Betis fue castigado con dos partidos de cierre del estadio porque un aficionado bético lanzó hasta cinco pequeños cohetes desde el primer anillo de la grada hacia el tercero, a la zona en la que estaban los ultras del Sevilla.

En la temporada anterior, la 2000-2001, con los dos equipos en Segunda, también hubo graves incidentes. En el campo del Betis, alguien lanzó un palo a Olivera desde la grada de Gol Sur, donde se ubican los seguidores violentos del Betis. En el segundo partido, en el Sánchez Pizjuán, los ultras sevillistas rompieron una valla de contención de la grada y unos 50 de ellos cayeron al vacío desde una altura de unos tres metros. Hubo ocho heridos graves.

El pasado jueves, el presidente bético, Manuel Ruiz de Lopera, ya adelantó sus intenciones. Tras la realización de la fotografía oficial del equipo, Lopera declaró: "Vamos a intentar que el derby sea lo de antes, cuando los béticos y los sevillistas iban al partido cada uno con una camiseta y luego se iban por La Palmera abajo divirtiéndose. El lunes tomaremos un decisión, aunque el Betis salga perjudicado".

El club calcula en 300.000 euros el daño económico que sufrirá por las alrededor de 10.000 entradas que dejará sin vender. El Betis lamenta, igualmente, el "perjuicio a aquellos pacíficos aficionados que se limitan a animar a sus equipos, pero ha de prevalecer la seguridad ciudadana y el evento deportivo sobre cualesquiera otras consideraciones". "Pedimos disculpas a los aficionados y rogamos sepan comprender tan desagradable medida, pero la espiral de violencia originada en las últimas temporadas ha de ser atajada de algún modo", concluye la nota.

El vicepresidente del Betis, Angel Martín, aseguró ayer que la decisión del club era "unilateral". La normativa de espectáculos públicos que rige en Andalucía obliga a la entidad a poner a la venta el 50% al menos de su aforo no abonado (unas 7.000 localidades). Sólo una autorización expresa de la Delegación del Gobierno, competente en violencia en el deporte y que ayer evitó pronunciarse al respecto, podría validar la decisión del Betis que, si sigue adelante con su decisión sin respaldo de la autoridad competente, podría enfrentarse a una multa de hasta 30.000 euros.