Ivanovic siempre gana

En un partido vibrante, jugado con la cabeza por el Tau y con el corazón por el Pamesa, los alumnos de Dusko Ivanovic doblegaron a un rival empequeñecido, muy por debajo de su nivel en el ataque y que no supo consumar la remontada. Valencia se quedó sin final y el Tau demostró que no entiende de grietas. Pese a las fugas de Oberto y Tomasevic, Ivanovic ha impuesto la lección a los nuevos estudiantes. Y funciona. El Tau acudió a la Copa disfrazado de cordero, pero ya no extrañaría que hoy volviese a levantar el trofeo.

El duelo echó chispas en cada emparejamiento. Olmos situó a Luengo y, más tarde, a Robles, como pareja de baile del hiperactivo Bennett. Cualquier cosa menos que su marcaje recayera sobre Rodilla, más alto y menos acostumbrado a tanto ajetreo defensivo. Pero Bennett es difícilmente controlable, el tipo de jugador que juega con el reloj a su gusto.

La batalla fue sangrienta desde el primer cuarto. No era para menos. Los primeros minutos tenían algo de decisivo. ¿Quién impondría el ritmo? ¿El Pamesa, anfitrión y líder de la Liga, o el Tau, vigente campeón de la Liga y la Copa? El primer pulso se lo llevó Ivanovic. Con Bennett al timón, el Tau puso una marcha de más, una velocidad extra, que el Pamesa, con la lengua fuera, no supo seguir. El conjunto valenciano se vio enganchado en su trampa. Siempre comienza golpeando, pero ayer fue el que recibió las primeras bofetadas. Scola y Gadou exigieron mucho al Pamesa en la pintura y el perímetro, con un Nocioni muy acertado, les dinamitó (13-20). Ni Rodilla ni Montecchia enderezaron la nave porque ninguno tiene las cualidades de Bennett.

Entre Scola y Nocioni decantaron la balanza porque ganaron a Oberto y Kammerichs. Éste, revolucionado en exceso, se encontró con un rival de aúpa. En el primer mate que intentó Kammerichs, Nocioni se elevó un palmo más y le colocó un tapón. El Pamesa se defendía acomplejado, algo imperdonable. El Tau le dobló en el marcador (13-26) mientras seguían los cambios: Rodilla, Kammerichs y Oberto, a la pista. En el Tau la batuta la cogió Palladino, gran físico y mejor tiro. Aun así, la versión mala del Pamesa llegó viva al descanso (26-30). Lo hizo a golpe de riñón, con una vuelta de tuerca más en la defensa. En el ataque estuvo desastroso.

En busca de la fórmula que desatascara el embrollo, el Pamesa comenzó la segunda parte con dos bases, Montecchia y Rodilla. A Bennett le dio igual: triple en la primera pelota. Mientras el Tau agrandaba el agujero del Pamesa bajo los aros, al equipo de Olmos le costaba todo el doble. Echó de menos a Paraíso, renqueante, y a Hopkins, el mejor suplente de la Liga, pero ayer muy apagado.

El Tau siguió enganchado desde los triples, esta vez en torno a Palladino, mientras Nocioni calentaba el banquillo con tres faltas. A cada paso que se acercaba el Pamesa respondía el Tau con fuerza: un triple de Montecchia al final del tercer cuarto metió al Pamesa en el encuentro, pero tres triples consecutivos del Tau abrieron de nuevo el precipicio (41-52).

Para el Pamesa quedaba sólo un resquicio, volver a los orígenes, a la defensa. Una suerte, sin embargo, en la que el Tau es un maestro. Los últimos minutos fueron un despropósito, con fallos constantes de ambos conjuntos y muchas pérdidas del balón. El Tau anotó sólo siete puntos en el último cuarto, pero el Pamesa no lo aprovechó. Una pérdida de Montecchia a falta de un minuto dejó el triunfo al Tau a tiro de piedra. Tanto error se paga. Sobre todo, porque Ivanovic siempre gana.

Final: Hoy, a las 18.00 (Canal +)