Espinàs sitúa en Andalucía su decimoquinto libro de viajes a pie
Una de las libretas que Josep Maria Espinàs (Barcelona, 1927) utilizó para tomar apuntes en su periplo por la Sierra Mágina circuló ayer por la rueda de prensa de presentación de A peu per Andalusia (La Campana), el decimoquinto libro de esta "colección de narrativa". Es un cuaderno pequeño en el que apuntó con letra menuda expresiones, nombres, recorridos... "Cuando tomo notas no redacto y cuando regreso a Barcelona y me pongo a escribir revivo el viaje. Cada vez veo más claro que lo importante en estos libros es el ritmo".
El premio de honor de les Lletres Catalanes de 2002 ve esta colección de libros como una sucesión de "secuencias y anécdotas" en la que no cabe, porque asegura que viaja sin prejuicios, la categorización. "Si de los elementos que describo se pueden extraer categorías, que lo haga el lector. A mí no me toca dictar sentencia", afirmó. A pesar de que Espinàs dice que fue a Andalucía a escuchar, en las líneas del libro se descubre también al "erudito", según apuntó Xavier Moret, que acompañó al autor en la presentación.
Colección de narrativa
Espinàs publicó el primero de sus viajes a pie en 1956, con 29 años. Desde entonces, el escritor cree haber dado forma a "una colección de narrativa": "Por suerte ya nadie habla de 'los libros de excursionismo de Espinàs'. Pienso que en estos 15 libros hay una unidad de género que viene de mi manera de mirar, aunque también hay una diversidad de contenidos porque yo nunca quiero imponerme". Si ya normalmente deja hablar a la gente que se cruza en sus caminatas, para oír su respiración, en Andalucía este aspecto es todavía más evidente, asegura: "Allí la gente no se aguanta de respirar bien fuerte, sin prejuicios, delante del forastero".
Se trata de un forastero que "no pregunta, que no es interrogativo porque no quiere imponer las respuestas", dice Espinàs. Así, en esta sierra de Jaén fuera de los circuitos habituales del turismo se dedicó a buscar las tertulias en las plazas de los pueblos, formadas casi exclusivamente por hombres. Pero también se desplazó a otros lugares, como mercados, e incluso fue a buscar las famosas caras de Bélmez, custodiadas por una señora en su propia casa. Casa que, por cierto, no está señalada como posible atracción turística. El resultado es "una verdad" de Andalucía, "ni la única ni el tópico", añadió.
Este defensor de las carreteras -"en las carreteras se ven más panoramas que en los atajos de los caminos"- asegura que nunca introduce elementos de ficción en estos libros: "Lo que me pasa es tan extraordinario que ¿por qué tendría que inventármelo? La literatura se hace callando, escribiendo lo necesario para que el material recogido se convierta en literario por sí mismo". Este año quiere hacer otro viaje a pie, aunque todavía no se atreve a avanzar el recorrido. Lo que sí saben en La Campana es que la editorial Península publicará próximamente en castellano, y en un solo volumen, sus últimos cinco libros, dedicados a Castilla, el País Vasco, Extremadura, Galicia y Andalucía.
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