La fiesta de las revistas literarias

La aparición de la revista Litoral es siempre un acontecimiento para los amantes de la poesía y las artes, y para los incondicionales de la letra impresa en general. Nacida en 1926 de la mano de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, Litoral fue caja de resonancia de la efervescencia creativa de la Generación del 27, soporte para los dibujos de Picasso o Juan Gris y estandarte reivindicativo de la gloria poética de Luis de Góngora, enterrado hasta que la revista malagueña lo redescubrió.

Combinando pasado y presente, sobreviviendo a etapas oscuras de exilio, de chabacanería cultural, Litoral sigue navegando. En la línea de sus últimos números, el que ahora ve la luz es una monografía sobre el autorretrato en la poesía española y en el arte contemporáneo, que aparece bajo el título Los ojos dibujados.

"Preguntarse por quiénes en realidad somos parece ser nuestro pasatiempo favorito. El Arte, que es producto casi entero de la inteligencia, no ha tenido más remedio que hacerse esa pregunta que flotaba en el ambiente desde los orígenes", escribe el poeta José Antonio Mesa Toré, encargado de la selección de poemas y también de los autorretratos pictóricos y fotográficos que ilustran el número.

Así, en sus más de 300 páginas, la revista repasa cientos de reflexiones poéticas sobre el yo de autores diversos y otras tantas imágenes especulares, con un marco temporal que arranca con Miguel de Unamuno (1864) y termina con la joven pluma de la madrileña Carmen Jodrá Davó, nacida en 1980.

"En los últimos números estamos incorporando a poetas jóvenes, porque consideramos que Litoral es un instrumento perfecto para difundir voces nuevas, y de hecho es parte de su vocación", explica el pintor y poeta Lorenzo Saval, director de la revista desde 1975 y autor del collage que ilustra la portada. La tirada del número es de 3.500 ejemplares, gran parte de los cuales se distribuyen fuera de España, a través de universidades e instituciones culturales.

El material está organizado en dos bloques; el titulado Ser, que agrupa los textos donde el poeta expresa su visión de si mismo, y el titulado Estar, "donde el autor se autocita en sus textos con el afán de encontrarse", en palabras de Saval. El número se completa con un análisis de El autorretrato en la vanguardia histórica española, a cargo de Fernando Martín Martín, y una separata con una selección de textos del poeta malagueño Álvaro García. La revista, de titularidad privada, se distribuye por suscripción (que ahora sube a 50 euros al año) y a través de librerías (a 24 euros, aunque subirá a 26 próximamente). El teléfono de contacto es el 952 388 257, y su página web, donde se puede encontrar una selección de textos e imágenes incluidos en el último número, www.edicioneslitoral.com.

'El maquinista'

Saval, sobrino nieto de Emilio Prados, cree fervientemente en la necesidad de las revistas literarias de altura. Su otro proyecto, este como director del Centro Cultural de la Generación del 27, dependiente del área de Cultura de la Diputación de Málaga, es la revista El maquinista de la Generación, que nació hace tres años y cuyos números 5 y 6, agrupados como de costumbre en la misma revista, se presentaron en ARCO la semana pasada.

"El maquinista nació como el mejor órgano de difusión que se nos ocurrió para la actividad del Centro del 27. Es una revista joven pero ambiciosa. Nuestra pretensión es que no envejezca", explica Saval.

El maquinista de la Generación es un magacín que recorre temas diversos, pero sobre todo se alimenta del material contenido en el archivo del Centro del 27. "Tenemos un archivo fantástico, que incluye textos y fotografías inéditas de los creadores del 27. Es un material precioso para darlo a la luz", comenta su director.

En el último ejemplar tiene un protagonismo importante la figura de Luis Cernuda, recordado con motivo de su centenario. Pero también se puede encontrar un largo artículo de Miguel Hernández, una carta inédita de André Breton, y un delicioso material gráfico, desde fotografías del archivo del centro hasta la creación de la fotógrafa Ouka Lele que ilustra la portada. "Su acogida en ARCO fue excelente", dice con orgullo Saval.