Bélgica acusa a Robertson de crear fisuras en la OTAN con su estrategia de presión
El secretario general suspende un Consejo Atlántico al no existir "la base para el consenso"
La OTAN continúa paralizada y con el prestigio de su secretario general, George Robertson, desangrándose peligrosamente. El ministro de Defensa belga, André Flahaut, acusó al dirigente atlántico de crear aún más fisuras con su estrategia de convocar y desconvocar en el último minuto reuniones, asesorado por EE UU, para forzar a Alemania, Francia y Bélgica a que cedan a las presiones de Washington. Una fuente oficial indicó que la Alianza Atlántica podría trasladar la decisión a la Cumbre de la UE del lunes en Bruselas ante la incapacidad de lograr el consenso entre sus 19 socios.
"Si la Alianza Atlántica es incapaz de tomar una decisión por sí misma, no sólo dañará su imagen, sino que también alimentará las tesis de quienes la consideran una institución desfasada e inútil", dijo ayer uno de los funcionarios de la organización. Pero lord Robertson se resistía anoche a abandonar su estrategia de encuentros intermitentes y transmitió a algunos de los embajadores afines a las tesis estadounidenses su intención de convocar otra más del Consejo Atlántico, el sábado por la mañana.
"Para entonces, los franceses deberían haber resuelto su dilema una vez escuchado el informe de Hans Blix ", comentó con optimismo un diplomático. Francia sostiene, no obstante, que no puede dar un cheque en blanco a la petición estadounidense de preparar un apoyo militar preventivo a Turquía en caso de una guerra con Irak hasta no evaluar con detenimiento el contenido del informe de Blix y el de Mohamed el Baradei, responsable del Organismo Internacional de Energía Atómica, que ambos presentarán hoy ante el Consejo de Seguridad.
La Administración de Bush no descarta recurrir a fórmulas alternativas para sortear el bloqueo francés. Una de ellas es presentar la petición ante el Comité de Planes de Defensa, del cual no forma parte Francia por estar fuera de la estructura militar aliada. Ayer lo volvió a insinuar el general Richard Myers, jefe de la Junta de Estado Mayor de EE UU.
El enmarañado panorama pareció aclararse un tanto en la mañana de ayer, cuando el canciller federal, Gerhard Schröder, afirmó ante el Parlamento alemán que no era conveniente que la OTAN adoptara una posición sobre la solicitud de EE UU antes de escuchar a Blix. Su ministro de Defensa, Peter Struck, fue aún más concreto: "La decisión se tomará el sábado". Pero la estrategia de Robertson no se modificó. El secretario general reanudó su desaforada dinámica de contactos bilaterales y anunció una reunión de los embajadores para las tres de la tarde, retrasada luego hasta las cinco y finalmente suspendida. "No había avances sustanciales como para convocarla", dijo su portavoz oficial. En una carta de Robertson leída por el ministro español de Defensa, Federico Trillo, en Madrid -donde tuvo que cancelar una conferencia por la crisis-, el secretario general aseguró que no existía "la base de un consenso". "Hasta el último momento había mantenido la esperanza de poder recomponer el consenso en la OTAN roto a resultas de los planteamientos enfrentados de Francia, Alemania y Bélgica", dice Robertson en la masiva, informa Efe.
Una fuente atlántica puso en duda que el sábado se deshaga el entuerto e insinuó como hipótesis verosímil que la OTAN traslade la cuestión a la cumbre de la UE, que se celebrará el lunes con Irak como único asunto de la agenda. "Sin duda, sería el peor de los escenarios para nosotros", comentó un funcionario de la organización.
"Todas estas reuniones y suspensiones están crispando a la gente y creando fisuras en el seno de la organización", dijo ayer, a través de su portavoz, el ministro belga de Defensa, André Flahaut, que acusó a Robertson de pretender invertir el calendario y forzar a Francia, Alemania y Bélgica a dar una respuesta sin más dilación. Se trata de la primera crítica abierta de uno de los países aliados contra el comportamiento del secretario general, que abandonará la organización el próximo diciembre, pero que podría estar meditando seriamente la idea de retirarse antes.
Los dos nombres que suenan con más fuerza son el ministro de Defensa italiano y miembro de Forza Italia, Antonio Martino, que cuenta con el beneplácito de Estados Unidos, y el comisario europeo de Justicia e Interior, el socialista portugués António Vitorino.

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