El dictador rumano Ceaucescu y su esposa ejecutados por genocidio
El ex presidente de Rumanía, Nicolae Ceaucescu, de 71 años, y su esposa y mano derecha, Elena, de 70, fueron ejecutados ayer después de un juicio sumarísimo ante un tribunal militar, según anunciaron la radio y la televisión rumanas. El Frente de Salvación Nacional, Gobierno de facto, informó también que los combates registrados desde el inicio de la revuelta popular se han cobrado ya entre 60.000 y 80.000 víctimas. Nicolae Ceaucescu y su mujer gobernaron el país durante 24 años con mano de hierro, con un culto a la personalidad de ambos insólito en Europa y una represión de monstruosas proporciones. La magnitud de tal represión ha sido comprensible en estos últimos siete días, cuando las, fuerzas de seguridad han causado entre 60.000 y 80.000 víctimas, según las últimas estimaciones oficiales. Ceaucescu y su mujer, Elena, vicepresidenta del Gobierno y presidenta de la Comisión de Control del partido, fueron pasados por las armas tras una sentencia condenatoria por delitos de genocidio, demolición del Estado y acciones armadas contra el Estado y el pueblo, destrucción de bienes materiales y espirituales, destrucción de la economía nacional y evasión de mil millones de dólares hacia bancos extranjeros. La condena impuesta fue la de pena capital y confiscación de todos sus bienes materiales. "La condena es definitiva y ha sido ejectutada", señaló el comunicado oficial. La ejecución del matrimomo Ceaucescu, los dos seres mas odiados por el pueblo rumano, se produjo ocho días después de conocerse los primeros datos sobre la salvaje represión ejercida por las fuerzas especiales y de la policía secreta del régimen en algunas regiones del país. La ejecución de la hasta ahora excelsa e intocable pareja fue anunciada por el Frente de Salvación Nacional (Gobierno provisional que ha tomado momentáneamente las riendas del Estado). Continúan los ataques de la temida Securitate -policía secreta- y otras fuerzas comprometidas con la represión del régimen de Ceaucescu, mientras empiezan a llegar los primeros convoyes de ayuda humanitaria para socorrer a los miles de personas afectadas por los enfrentamientos de la última semana de represión. El objetivo de estos ataques desesperados es desestabilizar el Gobierno provisional de Corneliu Manescu.
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