Tres citas convierten Bilbao en capital de la gastronomía

Más de 1.000 profesionales de todo España participarán del sábado al lúnes próximos en la novena edición del Congreso Nacional de Enólogos en el Museo Guggenheim de Bilbao. Será una de las tres relevantes citas gastronómicas del fin de semana en la ciudad, juento al tercer salón profesional del vino Bilbovinos 2003 y la primera muestra de gastronomía y vino Kalean Jan.

Bilbao, por su cercanía y especial vinculación con la Rioja, es una de las "ciudades del mundo con grandes viñedos". Esta red en que participan Burdeos, Florencia, Oporto, San Francisco, Santiago de Chile, Ciudad del Cabo y Melbourne, nació como una forma de acercar entre sí estas grandes zonas vitivinícolas. Además, se estableció como referente de las principales zonas productoras de vino del mundo. Por esta razón, la Federación Española de Asociaciones de Enólogos (FEAE) ha elegido Bilbao como sede de su noveno encuentro.

La federación representa y defiende los intereses profesionales de los enólogos y promueve el desarrollo y progreso de la actividad vitícola y enológica de sus asociados.

La cita estará animada con visitas a los viñedos del txakoli vizcaíno y de la Rioja Alavesa, actividad complementaria de un congreso que abrirá el viernes Lorenzo Díaz, Premio Nacional de Gastronomía, con La gran revolución del vino en España. Después será el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina, Asier Arzalluz, quien repase el estado de la vitivinicultura en su zona.

Además de las ponencias genéricas, habrá un lugar para las especializadas, que se centrarán en algunos de los principales problemas de enólogos y bodegueros: las levaduras vínicas, la fermentación de la uva y el color del vino, la influencia de la viticultura en la calidad del vino o las innovaciones en los tapones de corcho.

El encuentro de los enólogos vendrá acompañado por catas y degustaciones. Entre estas destaca la organización de la primera muestra Kalean Jan, que quiere aunar la afición por la gastronomía minúscula y los buenos caldos, en fin por los pinchos y los txikitos, en una carpa que se colocará junto al Guggenheim, con las consumiciones a un precio de entre uno y dos euros.