Carta al juez
Señor juez: tengo el firme convencimiento de que mi vecino viene a por mí.
Hace tiempo que observo su comportamiento y no tengo la menor duda: sé que tiene un arma y, lo que es peor, la intención de utilizarla contra mí o contra algún miembro de mi familia.
No piense usted que soy un paranoico por aprovechar que mi mujer es amiga de la suya para pedirle que, en cualquier descuido de ésta, le registre los cajones de la ropa en busca de la evidencia.
Aún no ha encontrado nada pero no porque no haya, sino porque habiéndolo, no lo halla.
Tengo motivos suficientes para adelantarme a su ataque y conste que no escribo estas líneas para pedirle su opinión, porque sé que la razón está de mi lado, sino para informarle de lo que voy a hacer, no sea que luego usted me malinterprete.
He pensado secuestrar a sus hijos hasta que él reconozca sus intenciones y entonces nada podrá detenerme, aunque también he pensado que estas cosas sólo pasan en las películas, americanas, por supuesto.
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