La irracionalidad se impone
El miedo a una guerra contra Irak hace huir a los inversores
La imposibilidad de una solución diplomática en el conflicto con Irak y la debilidad de la economía han provocado la tercera semana consecutiva de pérdidas en las bolsas, que cierran en mínimos anuales. El Ibex 35 baja en esta semana el 2,33% y acumula un recorte del 10% desde mediados de enero.
Los inversores prosiguen con su retirada de los mercados financieros ante la evidencia de un conflicto armado contra Irak y sus consecuencias sobre unas economías que no muestran señales claras de recuperación.
El empeño de la Administración estadounidense por resolver con las armas el litigio con Irak provoca miedo entre los inversores, a pesar de que el factor tiempo, que acumula pérdidas e incertidumbres, empieza a contar en los mercados a favor de una solución rápida.
El Ibex 35 cierra esta semana en los niveles más bajos del año tras perder el 2,33% y sumar tres semanas consecutivas de caídas en las que ha acumulado un descenso del 10%. Incluso la contratación ha descendido en estas últimas sesiones a los mínimos anuales ante la premura de los inversores por deshacer sus carteras a toda prisa y su escasa disposición compradora a pesar de que los precios resultan comparativamente atractivos.
El temor de los inversores, sin embargo, no se debe sólo a la posible guerra con Irak. La situación económica dista mucho de mostrar la tantas veces anunciada recuperación y hasta puede deparar la sorpresa de la entrada de la eurozona en recesión, como apuntaba la peor de las hipótesis de las previsiones presentadas por la CE en esta semana. Este organismo espera que la economía de la eurozona crezca entre un -0,1% y el 0,3% en este trimestre y recuerda que el escenario básico prevé una recuperación gradual a lo largo de 2003. Los inversores europeos no lo han dudado y ante ese escenario de "recuperación gradual" con una posible guerra al fondo han optado por la salida, a veces un tanto precipitada.
En Estados Unidos los inversores debaten la cuestión de los gastos de la guerra y de la posterior reconstrucción que ese país deberá afrontar en solitario ante la negativa de algunos países europeos a apoyar, y sufragar, esa guerra. Si el presupuesto presentado por la actual Administración ya preocupó a los inversores por su elevado déficit, los gastos en solitario de una guerra han acentuado esas preocupaciones, sobre todo porque tampoco la economía estadounidense da muestras claras de recuperación.
La otra gran zona económica, Japón, recibía esta semana un mal pronóstico que afirma que el estado deflacionario se podría mantener hasta 2008.
Para los inversores no hay buenas noticias en estos días y ello explica el continuado descenso de las cotizaciones a lo largo de las tres últimas semanas, con una situación de extrema volatilidad que está sacando del mercado incluso a los especuladores.
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