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EL NUEVO IRPF

Las 'stock options' mejoran su fiscalidad

El IRPF amplía las posibilidades de deducción y rebaja la tributación de las acciones gratuitas

Desde el 1 de enero, con la entrada en vigor del nuevo IRPF, las stock options, que permiten comprar acciones de la compañía para la que se trabaja, se ha diseñado otro sistema de tributación. En principio, es más ventajoso fiscalmente que el vigente hasta 2002 aunque también menos lucrativo si la referencia es 1999, cuando no se establecían límites a las reducciones generales.

La rebaja impositiva para los particulares que hagan efectivos estos planes de opciones oscila entre tres y doce puntos porcentuales

Bajo el nuevo sistema fiscal, cuando un particular ejercite de forma completa su plan de opciones sobre acciones, teniendo éstas no sólo una antigüedad superior a los dos años sino también carácter de renta irregular (no se obtengan de forma periódica o recurrente), tendrá derecho a reducir las ganancias obtenidas en un 40% al incluirlas como rendimientos del trabajo en su correspondiente declaración de renta. Esta reducción general era del 30% en 2002.

Esta reducción tiene, de forma general, un único límite. En 2003 (cada año se modifica en función de la cuantía del salario medio anual), su importe no puede superar la cantidad que resulte de multiplicar unos 18.250 euros (17.900 en 2002) por el número de años de generación del rendimiento (tiempo transcurrido desde que se recibieron las opciones hasta que se ejerciten). Sobre las cantidades que no estén exentas de tributación, se pasa a aplicar el tipo marginal del particular, que como máximo es del 45% (hasta 2002, el máximo aplicable era del 48%).

Estas tres nuevas reglas de cálculo (aumento de la deducción general, incremento del límite y reducción del tipo marginal máximo) son las que hacen que el tratamiento fiscal de las opciones sobre acciones sea ahora más ventajoso que hace tan sólo unos meses. En general, la rebaja impositiva para los particulares que hagan efectivos estos planes oscila entre los tres puntos porcentuales y hasta los 12 puntos porcentuales sobre sus ganancias.

Al diseñar esta normativa, el Ejecutivo declaró tener como objetivo incentivar los planes de opciones generales, es decir, aquellos que beneficiaran a todos los trabajadores de una empresa. En su redacción final, la nueva regulación especifica que la reducción del 40% no tendrá límite alguno de cantidad (esos 18.250 euros por año) cuando, entre otros requisitos, los planes de opciones sean: 1º) Intransmisibles y no puedan ejercitarse si no tienen una antigüedad superior a los dos años; 2º) Las acciones o participaciones adquiridas como consecuencia de ejercicio de la opción se mantengan al menos durante tres años.

A la hora de hacer efectivo un plan de opciones no existe un mínimo de stock options libre de tributación. Desde la primera de ellas se pagan impuestos por las ganancias obtenidas. Pero el nuevo IRPF señala que se consideran rentas exentas "la entrega a los trabajadores en activo, de forma gratuita o por precio inferior al normal de mercado, de acciones o participaciones de la propia empresa o de otras empresas del grupo de sociedades, en la parte que no exceda, para el conjunto de las entregadas a cada trabajador, de 12.000 euros anuales, en las condiciones que reglamentariamente se establezcan".

Mal momento

A pesar del mejor tratamiento fiscal que reciben en la nueva normativa, las stock options no viven sus mejores momentos. Por un lado, los mercados bursátiles no generan ganancias desde hace ya muchos meses; por otro, los tribunales están dejando claro que las opciones tienen la consideración de rendimiento del trabajo habitual (no de complemento especial o liberalidad de la empresa), lo que obliga a las empresas a asumir el riesgo de tener que aumentar sus posibles indemnizaciones por despido. De ahí que en los últimos tiempos las empresas hayan comenzado a dibujar nuevos planes de retribución a sus ejecutivos.

Los llamados stock bonus permiten a quienes los perciben recibir acciones (no dinero) y no pagar impuestos por los primeros 12.000 euros que reciben. Con los phantom plan se recibe en metálico, al cabo de dos años como mínimo, el teórico beneficio que se hubiera obtenido si se hubiera comprado una opción con la ventaja de que el 40% del mismo queda libre de tributación. Los saving plans se instrumentan como seguros de vida a cobrar llegado el momento de la jubilación. Sólo se tributa, si se rescata en un solo pago, por el 60% de los beneficios obtenidos.

Entregar un coche al directivo es otra forma de retribuirle. En general, las empresas sólo imputan como renta un 50% del valor del vehículo al trabajador. Desde el 1 de enero, los primeros 500 euros cobrados (vía suscripción de un seguro médico) están exentos de tributación. Disfrutar de una vivienda gracias a la compañía para la que se trabaja genera al trabajador tan sólo una renta equivalente al 5% de su valor catastral. Recibir dinero vía aportaciones a un plan de pensiones (hasta un máximo de 8.000 euros anuales) permite reducir la base imponible.

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