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EL ENREDO
Columna
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11-S, la película

1. Una de las frases más repetidas

Las imágenes de las Torres Gemelas ardiendo daban miedo, precisamente, porque no parecían de una película

tras el 11 de septiembre de 2001 fue: "¡Qué miedo! ¡Parecía una película!". Nada más falso. Las imágenes de las torres gemelas ardiendo daban miedo, precisamente, porque no parecían de una película. En una película, antes de noventa minutos han ganado los buenos, liderados por un tipo guapo, inteligente y decidido. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. La película comenzó después, cuando se nos anunció que comenzaba una de Buenos y Malos, en la que Georges Bush interpretaría al jefe de los Buenos, dirigido por Dios, nada menos. Así ya podrá ser bueno. Desde Jesús de Nazaret, Dios no se había decantando por nadie, y va a fijarse en Georges Bush. Será Todopoderoso, pero en sólo dos mil tres años Dios ha perdido vista.

2. Las reglas de Hollywood

no permiten que el bueno fracase, de manera que, ante la falta de colaboración de Bin Laden, quien se negó a ser capturado y huyó en vespa después de prestar el móvil a un amigo para despistar, cambiaron al malo. Bush debió pensar, como Gaspart con Van Gaal: más vale malo conocido... Y fichó a Saddam Hussein. "No es fácil vincular Irak con Al Qaeda", dijo alguien del Pentágono. "Pero si hay que hacerlo, se hace", podría haber añadido. Desparpajo no les falta: incluso se anunció una operación de propaganda que incluía mentiras a discreción. Aznar es más directo: "De parte de Bush, que vamos a la guerra, y al que no le guste es un perro". Hombre, Presidente, trabaje usted un poquito más. Explíquenos por lo menos por qué vamos a la guerra, porque si hay que ir se va, pero ir pa ná... "¡Ustedes hicieron la guerra de 1991!", increpa Aznar al PSOE. Aznar cree que, mientras lo hayan hecho antes los socialistas, puede hacer cualquier cosa. A ver si un día se confiesa: "¡Sí, siempre quise ser como Felipe González, haré todo lo que él hizo!".

3. Es verdad que Aznar apoyó a González.

También es verdad que hoy la gente está más resabiada. Ya nadie se deslumbra ante una lluvia verde en el televisor. En el 91, la guerra parecía un videojuego, pero hoy cualquiera sabe que a este lado de la pantalla hay mentiras, y al otro, cadáveres. Lo piensa el 80 por ciento de los españoles, lo dicen los actores en la gala de los Goya, y el Gobierno les llama "brazo armado de la oposición". Los actores, brazo armado; Nunca Mais, estafadores; los huelguistas de hace un año, antiespañoles. Ay, ay, qué forma de ladrar por las cuatro esquinas del telediario.

4. Se quejan porque los actores

tomaron la gala de los Goya al asalto, como al asalto tomaron los marineros gallegos los telediarios para pedir que acabe de una vez ´El show de Jose´. Parece que empieza a haber gente asfixiada en ese país inventado en el que no hay huelgas generales, ni playas contaminadas, y que va a la guerra por la paz. Hasta dónde habrá llegado la saturación para que incluso los actores digan que están hartos de películas.

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