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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Más pendencieros que políticos

La bronca no cesa. Peor todavía: se acentúa, sin que se atisbe una pausa en esta particular pendencia con vitola arrabalera que han emprendido el PP y el PSPV en el marco valenciano. Quizá haya precedentes, pero no recordamos una zapatiesta tan prolongada y nutrida de dicterios y descalificaciones. Aquel lejano dardo que el diputado socialista Segundo Brú arrojó contra la oposición, describiéndola como "vultúridos" -con la consiguiente protesta y engallamiento de los imputados- se ha quedado en mera cortesía si la comparamos con la sarta de perillanes, ladrones, mentirosos, mafiosos, corruptos y otras lindezas con las que se vienen obsequiando mútuamente estos días nuestros políticos más notorios de las mentadas obediencias.

Claro está que no nos vamos a escandalizar. Aún queda trecho para que nuestros electos y gobernantes se superen en esta cucaña del insulto. Aquí, por ejemplo, no se ha emitido por ahora ningún desahogo con resonancias caprinas, como acaba aparentemente de acontecer en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. Pero todo se andará. El acervo escatológico es una perla de nuestra idiosincrasia autonómica y, en este sentido, somos muy capaces de alcanzar altas cotas de vileza o de sal gruesa con las que amenizar a lectores y auditorios. Ellos, los políticos, sabrán dónde ponen el límite a este desmadre que bien pudiera interpretarse como un anticipo de la fiesta fallera. Interpretación indulgente que conlleva el que ellos se presten al papel de ninots grotescos.

Como decía un periodista ducho, en este juego más pierde quien más pone, y todos en suma acaban perdiendo. Por lo pronto, la llamada clase política, obstinada en menguar su ya maltrecho crédito y proyectar la imagen de que en este oficio prosperan los deslenguados a costa de los comedidos. No nos extrañaría que fuese ésta una de las claves explicativas de la -para muchos observadores- baja cualificación intelectual del referido gremio, de los líderes que se postulan como tales y también de las promociones que llaman al relevo. Como cronistas de cuanto acontece celebramos tan opulento filón. En tanto que ciudadanos valencianos, la verdad es que nos deprime esta pasarela de necios y de necedades.

Y una singular: la vomitada por el presidente de la Diputación, Fernando Giner, de quien habría que acuñar que lo es porque acaso hay un dios muy gracioso. Entre el florilegio de memeces aireadas, a este corporativo le incumbe una muy sonada: adjudicarle a la ex presidenta de dicho ente, Clementina Ródenas, la culpa de los desfases financieros y otros chapapotes económicos que hoy, diez años después de aquel mandato, emergen en esas cuentas. Aquí, al descaro se agrega la temeridad de pensar que todos hemos perdido la memoria y ya no recordamos que la mentada ex presidenta -y ex alcaldesa socialista de Valencia- tuvo el rigor y la austeridad por bandera. Si se cometió alguna pifia, hay que atribuírsela a los procedimientos contables y administrativos al uso, quizá tan anacrónicos a la sazón como la misma entidad que nos ocupa. Por lo demás, después de ella, gobernó esa casa Manuel Tarancón: ¿también es reo de desidia, ligereza o algo peor el hoy consejero de Cultura?

Enzarzados, pues, como están, y encandilados como nos tienen, casi ha pasado inadvertida, por falta de clarificación y debate, la andanada que nuestro paisano Pedro Solbes ha disparado contra la financiación europea del Plan Hidrológico Nacional, y de la que se ha apresurado a discrepar el secretario de Economía del PSOE, el asimismo coterráneo, Jordi Sevilla. ¿Qué ha dicho Solbes, que tantas ampollas ha levantado entre los agricultores? Nada novedoso, por más que se hagan oídos sordos a la denuncia reiterada: que -dice- el agua llega (si llega) demasiado barata, lo que estimula la expansión del regadío y difumina el verdadero calado del déficit hídrico. O sea, ha dicho una sensatez que le ha valido la etiqueta de "traidor". Por lo visto, en punto al PHN rige la adhesión dogmática y el prietas las filas. Con la agravante de que los socialistas no saben explicar lo que quieren, se contradicen a menudo y dan indicios de haber equivocado su propuesta hidráulica.

Ya sólo nos falta conjeturar quién y a propósito de qué dirá esta semana la enormidad más chirriante. ¡Vaya tropa!

PELOTAZOS

El marjal de Massamagrell ha sido en buena parte carbonizado mediante un incendio intencionado y teñido de sospechas urbanísticas. El Ayuntamiento de La Vila Joiosa (PP) aplica la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística y deja en la indefensión a cientos de propietarios. El consistorio de Alicante (PP) promueve una permuta de terrenos gravosa para los intereses de la ciudad y escandalosa para la oposición. En Náquera, el alcalde (PP) y sus afines postulan otra permuta perjudicial para el pueblo y parte del vecindario... No mediando resoluciones judiciales, poco podemos añadir a esos episodios que delatan las prisas finales de una etapa municipal con tufos de pelotazos. Al tiempo.

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