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Los expertos reclaman que se ordene el turismo de segunda residencia ante el consumo de suelo

Los científicos piden límites a la ocupación del territorio, que califican de "voraz"

Catedráticos de varias universidades españolas, promotores inmobiliarios y expertos han aprovechado el marco que ofrecía Fitur para reclamar a la Administración que se ocupe del turismo de segunda residencia. Los científicos cimientan esa petición en la necesidad de poner coto al consumo "voraz" y "excesivo" del suelo, mientras los promotores denuncian que ese subsector turístico está "abandonado" por la Administración y exigen de ésta una mayor implicación porque "no estamos solos y países como Portugal y Grecia ya pisan fuerte".

Para Enrique Torres Bernier, presidente de la Asociación Española de Expertos Científicos en Turismo (AECIT) y catedrático de la Universidad de Málaga, quedaría muy bien ahora, en etapa electoral, pedir moratorias para construir en el litoral. "Yo no voy a decir que no se construya, pero si apuesto por preservar la primera línea de costa, porque, entre otras muchas razones, al turista actual, si hay buenas comunicaciones con las playas, le da igual comprar en tercera o cuarta línea".

Pedro Raya, de la Universidad de Málaga, denuncia la falta de atención e la Administración a este sector residencial. Raya ofreció datos reveladores de la importancia de este tipo de turismo: por cada plaza turística reglada (hoteles, campings...) hay 6,5 plazas de turismo residencial. "La política turística debe incorporar de inmediato la figura del turismo residencial", sentenció. Y agregó que hay que buscar el equilibrio entre la actividad del turista y la ocupación del territorio.

Francesc Sastre, de la Universidad de las Islas Baleares, disertó sobre los beneficios del turismo residencial, pero incidió más en el apartado de sus perjuicios ante la falta de ordenación política: consumo excesivo de suelo, deterioro del entorno, crecimiento urbanístico desordenado, insuficiencia de infraestructuras básicas, elevado consumo de energía y agua, masificación de la población, dificultades de accesibilidad y movilidad y problemas de cohesión social.

El secretario general de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Alicante, Jesualdo Ros, no habló de consumo del suelo, pero sí coincidió con los científicos en que el turismo residencial "no es suficientemente importante para la Administración, y eso está condicionando la evolución del sector". Ros ofreció grandes cifras para demostrar la riqueza que genera el sector. "En España se venden al año unas 100.000 viviendas, que generan unos beneficios de unos 20.000 millones de euros", sin contar con los valores añadidos que generan las viviendas para los comercios (muebles, electrodomésticos ...), para los gestores, abogados, jardineros... Para el promotor de viviendas, en las grandes cifras ya no hay diferencias entre el turismo convencional y el residencial. Pero sí existen grandes lagunas en la regulación, como "el dinero opaco que genera" el residencial.

Ros aseguró que la demanda potencial de la Unión Europea de y del Este europeo es "enorme", pero esa demanda "no significa que vaya a casarse con nuestra oferta, porque ya no estamos solos a la hora de ofrecer buen clima y viviendas con buena relación entre su calidad y su precio; Portugal y Grecia ya compiten con precios más baratos que los nuestros".

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El turismo más fiel

El subsecretario de la Agència Valenciana del Turismo, Roc Gregori, admite que "hasta hace poco" no se ha contado con el turismo residencial, pero ahora "nos hemos dado cuenta que es el turismo más fiel, ya que el propietario de una segunda residencia irá al destino con independencia de la coyuntura económica". Sobre el excesivo consumo de suelo, Gregori dijo que "no hay que demonizar la construcción; para eso, para regularla, está el urbanismo".

Según datos del Instituto de Comercio Exterior, el territorio valenciano concentra el 28% de las segundas residencias en España. Aproximadamente uno de cada cuatro extranjeros que visita la Comunidad eligió el turismo residencial. El perfil del inversor extranjero en vivienda, alemanes y británicos principalmente, es de clase media y alta, profesional liberal o empresario y con ingresos de entre 60.000 y 120.000 euros.

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