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Reportaje:

El amante de la duquesa de Windsor

La mujer por la que Eduardo VIII abdicó tenía relaciones con otro hombre

Wallis Simpson mantuvo una íntima relación sexual con un ingeniero británico durante su noviazgo con el entonces rey Eduardo VIII, tío de Isabel II, que abdicó pocos meses después de asumir el trono para poder casarse con ella. El secreto de la supuesta doble vida de esta ciudadana estadounidense, que provocó una grave crisis constitucional en el Reino Unido, se desveló ayer con la apertura de los archivos relacionados con la abdicación de Eduardo VIII, en diciembre de 1936. Entre los cientos de documentos difundidos al público queda evidente que los servicios secretos vigilaron constatemente a la pareja, antes y después de la controvertida renuncia al trono.

Eduardo abdicó por amor. Su obstinación por casarse con Wallis Simpson, divorciada en dos ocasiones, le condujo directamente al exilio y le garantizó la enemistad casi de por vida de su monárquica familia. Pero su prometida le engañaba a sus espaldas, según se desprende de los informes de los agentes secretos británicos. En estos documentos de la época se alude a Eduardo con las siglas POW, en referencia posiblemente al título de Príncipe de Gales que se concede a los herederos de la Corona británica. "La señora Simpson teme perder el afecto de POW, lo cual está muy ansiosa de evitar por cuestiones financieras. Toma, por tanto, extremadas precauciones y pasa el mayor tiempo posible con POW, pero mantiene a su amante secreto en la retaguardia", escribió un superintendente de Scotland Yard en 1935.

Wallis Simpson se veía en secreto con un vendedor de coches "aventurero, atractivo y excelente bailarín"
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El amante queda identificado como Guy Trundle, ingeniero y vendedor de automóviles Ford, con domicilio en un elegante barrio de Londres. Estaba casado y, de acuerdo con la descripción de los espías oficiales, era "un aventurero encantador, muy atractivo, de buena familia y un excelente bailarín". "Ve abiertamente a la señora Simpson en reuniones sociales informales en calidad de amigo personal, pero se conciertan encuentros secretos en los que tienen lugar relaciones íntimas", explica el superintendente sin entrar en más detalles.

En las biografías del rey que se fue al exilio con su esposa, con el título de duques de Windsor, no se menciona ningún amante de su entonces prometida. Y en los archivos abiertos ayer tampoco hay indicaciones de que la presunta relación continuara después de celebrarse el matrimonio, en mayo de 1937. También se echa por tierra, o al menos no se presentan pruebas, de que Ernest Aldrich Simpson recibiera una recompensa financiera por demostrar su adulterio, facilitando con ello el divorcio a su mujer, como sugirió en su día la prensa internacional.

La documentación da fe de la oposición del nuevo rey, Jorge VI, a recibir a su hermano, pero no aporta nueva luz sobre el papel de su consorte, Isabel, la madre de la actual reina de Inglaterra, fallecida hace unos meses. "La Reina no tiene ningún deseo de verse con la duquesa de Windsor", se lee en un informe firmado por Jorge VI en 1938.

A la madre de la actual soberana se le atribuye la negativa a conceder el título de alteza real a su odiada cuñada, así como de obstaculizar la reconciliación familiar. Correspondencia personal de la Reina Madre, que bien podría aclarar su postura hacia una mujer a quien consideraba responsable de la crisis monárquica y de imponer la Corona a un rey con escaso carisma o dotes de mando, ha sido archivada hasta el 2037.

El duque de Windsor falleció en París en 1972, y su esposa 14 años más tarde, también en la capital francesa. Su conexión con el régimen nazi sigue sin resolverse en la primera revisión de los archivos de la crisis de abdicación. Documentos del FBI, difundidos a principios de mes, alegan que la proximidad de Wallis Simpson al círculo de Hitler, con quien se entrevistarían los Windsor en 1937, hizo retrasar el matrimonio con Eduardo hasta después de su renuncia al trono. Según el espionaje estadounidense, Wallis mantuvo una relación con Joachim von Ribbentrop, embajador alemán en Londres que luego sería ministro de Exteriores de Hitler.

Wallis Simpson y Eduardo VIII, en una foto de 1954, cuando él ya había abdicado.
Wallis Simpson y Eduardo VIII, en una foto de 1954, cuando él ya había abdicado.EPA

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