La guerra perturba a Armstrong
El ciclista norteamericano teme que un ataque a Irak se convierta en un obstáculo más para su quinto Tour
La guerra no es buena para nadie, ni siquiera para sus mayores partidarios, ni siquiera para sus promotores. Sus efectos colaterales en todos los ámbitos son tan incontrolables que hasta pueden dar lugar a curiosas paradojas en el mundo del deporte.
Y puede que los excitados ciclistas que disputan a partir de hoy la Vuelta a Qatar (un invento del Tour de Francia) en el emirato vecino de Irak y puesto de mando del ejército de Estados Unidos no sean los que más tengan que temer de un eventual ataque. Puede que el mayor obstáculo que se encuentre Lance Armstrong en su intento de ganar el quinto Tour consecutivo se lo haya puesto en el camino uno de sus mejores amigos, el presidente norteamericano, George W. Bush, tan dispuesto a atacar Irak. "La guerra podría ser una dificultad añadida al Tour este año", ha dicho Armstrong a La Gazzetta dello Sport. "Nosotros, los americanos en el extranjero, no disfrutamos de grandes simpatías. Y si tuviera que correr el Tour con la guerra en marcha, sería muy difícil para mí. El ciclismo se desarrolla en espacios abiertos, no hay recintos, redes de protección. Pero allí estaré, seguro, no será la guerra quien me frene".
Armstrong se hizo amigo del presidente en los tiempos en que Bush júnior era gobernador de Tejas. El ciclista ganador de los pasados cuatro Tours siempre ha ejercido de tejano y Bush correspondió a su apoyo nombrándolo miembro de la comisión presidencial de lucha contra el cáncer. Pero el apoyo de Armstrong a la política bélica de Bush es más tibio. "Apoyo al presidente Bush", dijo en Solvag (California), donde se presentó su equipo, el US Postal. "La única cosa que digo es: dejemos que los inspectores [de Naciones Unidas] hagan su trabajo. Y tomemos después las decisiones. De todas maneras, no podemos ir contra el resto del mundo".
Los españoles del ONCE-Eroski que aterrizaron el miércoles en Doha (Qatar) han recibido nuevas tranquilizadoras desde Exteriores y cuentan con que el ataque a Irak no empiece hasta el próximo jueves, cuando ya haya terminado la Vuelta, mientras que Armstrong hace otras cuentas. "Todavía no estoy convencido de que haya guerra", dijo. "Pero aunque haya guerra y aunque reciba amenazas y me aconsejen no ir por razones de seguridad, yo iré. No tengo miedo".
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