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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Valery Brumel, atleta

Con la muerte, a los 60 años, de Valery Brumel desaparece un personaje mítico de la historia del atletismo. Brumel fue uno de los atletas soviéticos que embutidos en su chándal de lana azul con las siglas CCCP, crearon una imagen de su país en plena guerra fría. Siberiano de nacimiento e hijo de geólogos ucranianos, despuntó por sus condiciones naturales desde muy joven. Los planes deportivos de la Unión Soviética del momento consideraron necesario trasladar al joven Valery (17 años) a Moscú para entrenar bajo la tutela de Dyatchkov siendo el inicio de una breve y fulgurante trayectoria deportiva.

Seis récords mundiales en tres años (de 1960 a 1963), sólo dos derrotas (de 1960 a 1965), subcampeón olímpico en Roma 60, con 18 años, y campeón olímpico en Tokio 64. Su último récord, 2,28 metros, conseguido bajo la lluvia y en pista de ceniza durante un encuentro contra Estados Unidos celebrado en Moscú, perduró hasta 1970.

Su gran rival en este tiempo fue el estadounidense John Thomas, ex recordman mundial con el que mantuvo un duelo histórico en la capital nipona durante los Juegos Olímpicos. Un accidente de moto en el año 65 truncó su carrera deportiva. Logró salvar su pierna, pese a la opinión de los médicos, y durante tres años sufrió un calvario de seis operaciones. Volvió a saltar 2,07, probablemente su registro más meritorio, en el año 1968.

Es precisamente en el año 1968, en los Juegos Olímpicos de México, cuando irrumpe la mayor modificación técnica de la historia del atletismo con Dick Fosbury y su revolucionario estilo. El accidente nos privó ver solapados en el tiempo los dos máximos representantes de las técnicas de salto de altura más eficaces: el rodillo ventral, en la que el saltador ataca al listón de frente y gira sobre la barra, y el fosbury flop, con el saltador enfrentándose de espaldas a la altura, la cabeza por delante y levantando las piernas al final. Durante algunos años hubo polémica entre los entrenadores sobre la eficiencia de uno u otro. El tiempo y los avances del material han dado la razón a los defensores del fosbury. Más rápido de aprender y con menos requerimientos físicos que el rodillo. No obstante, para los amantes no sólo del rendimiento, sino también de la plasticidad y estética de la ejecución técnica, el rodillo ha sido un deleite visual en el que Valery Brumel fue un maestro.

Con 1,85 metros de estatura y 77 kilos de peso, era un atleta completo capaz de correr los 100 metros en 10,6 segundos, lanzar 15 metros en peso y saltar 7,65 metros en longitud, lo que nos da una idea de su talento deportivo.

Como máximo representante del grupo de entrenamiento de Dyatchkov, nos ha dejado para el atletismo una de las metodologías más elaboradas del entrenamiento moderno, de la fuerza y la "saltabilidad" aplicable a todos los deportes. Finalizada su vida deportiva se dedicó a escribir y fue autor de alguna novela y del libreto de una opereta sobre su vida que llegó a estar cinco años en cartel. -

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