"No quiero dejar de ser el niño que llevo dentro"
Pregunta. Sigue en Crónicas marcianas y con su espectáculo Uno más uno no son dos. ¿Le enseñaron a sumar en el colegio?
Respuesta. Sí [ríe], pero vimos uno, Javier Deltell, más uno, que soy yo, que entre los dos podemos hacer ciento y bastantes personajes diferentes.
P. Lo decía porque parece que era usted duro de pelar con los estudios.
R. Yo era muy buen estudiante hasta que acabé BUP. Pero luego me desmelené, crecí y me volví un poquito perro.
P. ¿Qué ha hecho más veces: imitar a alguien o repetir COU?
R. Imitar a alguien, por suerte [risas], pese a todo.
P. Cuando se levanta un poco sopa, ¿sabe quién es de sus casi doscientos personajes?
R. Sí, porque cuando llego a casa los dejo en el baúl.
P. ¿Va de niño travieso?
R. No. Yo he sido muy travieso y muy cabroncete de pequeño, pero ahora soy un buen chaval.
P. ¿Cuál es su víctima preferida?
R. Es que no es una víctima, es una creación: Bea, la becaria. Supongo que es víctima por aguantar lo que yo no puedo mostrar en público.
P. No me diga que se corta.
R. Yo soy muy cortado. Aparentemente soy extrovertido, pero me cuesta abrirme.
P. ¿Cuando nació le dijeron a su madre: "Ha tenido usted unas cuerdas vocales"?
R. No. Pero el médico dijo dos cosas: es uno de los pocos niños que he visto nacer con los ojos abiertos y tiene una oreja diferente a la otra; por lo demás, está perfecto.
P. ¿Y está usted perfecto?
R. En ese momento estaba muy bien para mi edad. Conforme fui evolucionando y creciendo, supongo que algún tornillito se colgó por ahí, se soltó.
P. Siempre lleva en la cartera un as de oros. ¿Por si pintan bastos?
R. No es ningún tipo de amuleto, no soy supersticioso. Pero es una carta que me gustó.
P. Un as en la cartera. ¿Y en la manga?
R. En la manga intento llevar mucha rapidez mental para dar una vuelta de tuerca a todo.
P. ¿Su afición a la copla podría llevarle a grabar un disco transmutado en Concha Piquer?
R. Ojalá tuviera yo su voz, o la de Antonio Molina o Juanito Valderrama. Me gusta toda la música. Soy de los que llora con las películas y se emociona con una canción.
P. Dígame una canción con la que llore.
R. Me gusta mucho My way, de Frank Sinatra, y espero poder cantarla al final de mi vida.
P. ¿Come de todo?
R. Y disfruto comiendo. Me encanta saborear, y ahora estoy descubriendo el vino. Profesionalmente y en la vida, más que comer, absorbo como una esponja.
P. A veces parece un punto ingenuo. ¿Cómo es posible en quien fue un colgado de Falcon Crest?
R. Pues no sé. Soy muy ingenuo y a veces me quedo sin reaccionar. En cambio, profesionalmente soy muy rápido y seguro de mí mismo. Sé lo que quiero.
P. ¿Sigue devorando dibujos animados?
R. Me apasionan. Y es que no quiero dejar de ser el niño que llevo dentro.
P. ¿Tom o Jerry?
R. Sin duda, Jerry.
P. ¿Va como Correcaminos?
R. Más como Coyote. Correcaminos es el sueño a conseguir.
P. ¿Es difícil vivir en Barcelona siendo madridista confeso?
R. No. La gente de Cataluña es muy respetuosa. Yo en Tarragona iba con el chándal del Madrid a clase. Ahora estoy disfrutando muchísimo.
P. ¿En qué se fijaría para imitar a Ana Botella?
R. Es tremendamente rígida y muy poco expresiva, como que le cuesta sonreír. Creo que guarda un as en la manga.
P. ¿Y Trinidad Jiménez?
R. Me fijaría lo primero en su chaqueta de cuero, porque está muy guapa con ella. Trinidad es todo lo contrario que Ana: sonríe, y es muy clara y muy directa.
P. ¿No necesita ir al psiquiatra tras ser la duquesa de Alba o Raphael?
R. Al traumatólogo, después de algunas vueltas de Raphael. Con la duquesa tendría que ir a que me abrieran la boca, porque se le queda como pegada. Pero, estuviera bien o no, a mí me gustaría un día ir al psiquiatra.
P. Le da morbo el diván.
R. Sí. Estar allí contando tus problemas mirando hacia arriba, y que alguien desconocido te esté escuchando.
P. ¿Por qué se ocupa tan poco de los políticos?
R. Creo que es una cuestión de modas. Ahora se llevan más los freekes, la gente del corazón o de la vida social.
P. ¿Los políticos están pasados de moda?
R. No. Pero no interesan tanto. A lo mejor son más sosos. O más normales.
P. Dice que el personaje más suyo es Bea, la becaria. ¿Le gustaría conocer el despacho oval de la Casa Blanca?
R. Me encantaría [carcajada]. Pero sin agacharme.
P. ¿Cree que lo suyo tiene remedio?
R. Yo creo que no. Ni falta que hace. Estoy muy feliz así.
PERFIL
Cumple 24 años esta semana y, aunque media España conoce sus imitaciones de personajes, no cree haber llegado a parte alguna, y recuerda la frase de su ex entrenador de fútbol: "Latre, te falta un montón". Es un chico encantador y vital, con un toque de frescura, que dice apasionarse y gozar de todo: "Soy una turmix de sensaciones".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.