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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fin de semana en la Somosierra madrileña

HOSPEDERÍA EL ARCO, arte mudéjar y buen comer en el valle del Lozoya

El hallazgo de un arco mudéjar del siglo XIII en una casa anónima de Villavieja de Lozoya, a los pies de la Somosierra madrileña, precipitó la decisión municipal de convertirla en una hos-pedería con encanto. Apenas una década después, este vestigio arqueológico es el santo y seña de un comedor vanguardista en cuyas mesas se presentan a diario las elaboraciones más sinceras de Juan José Cano, amparado por el entusiasmo gerencial y perseverante de su mujer, María José Mendoza, que creyeron desde el principio en las posibilidades turísticas de la llamada Sierra Pobre de Madrid. El caserón no dice mucho desde fuera, pero una vez flanqueado el acristalamiento de la entrada todo se vuelve simpatía, sinceridad, abrigo rural y, por supuesto, cultivo de la fisiología del gusto. Orden geométrico en la arquitectura interior, sin imposturas ni trivialidades decorativas. Líneas precisas y valientes, sin desdén por la naturalidad doméstica. Un rincón amable para los fines de semana de muchos madrileños hartos de ruido, donde las vigas de hierro ejercen su función original, los muros conservan su ladrillo visto y el esqueleto abuhardillado de madera sigue impertérrito en su sitio.

HOSPEDERÍA EL ARCO

Categoría oficial: 1 estrella. Dirección: calle del Arco, 6. 28739 Villavieja de Lozoya (Madrid). Teléfono: 918 68 09 11. Fax: 918 68 13 20. Internet: www.madridrural.com. Instalaciones: salón de estar, salita de convenciones para 10 personas, restaurante. Habitaciones: 1 individual, 7 dobles; todas con baño, calefacción y TV color. Servicios: no hay facilidades para discapacitados, admite animales de compañía. Precios: todo el año, 48 euros + 7% IVA; desayuno, 4,50 euros + 7% IVA. Tarjetas de crédito: American Express, Eurocard, Master Card, Visa. Cierra: el establecimiento sólo abre los fines de semana o cuando un grupo en viaje de trabajo lo solicita por adelantado. Arquitectura ... 6 Decoración ... 6 Estado de conservación ... 7 Confortabilidad habitaciones ... 4 Aseos ... 5 Ambiente ... 6 Desayuno ... 7 Atención ... 9 Tranquilidad ... 7 Instalaciones ... 4

A la izquierda impone cierto respeto un saloncito-galería iluminado con pinturas de artistas noveles que encuentran en el mecenazgo del matrimonio gerente una buena razón para exponer su obra. Junto al mostrador de recepción asciende un cuerpo de escalera derecho hasta la planta superior, donde se alinean los ocho únicos dormitorios de la hospedería, cada uno reconocido por el tercio (parcela rústica) que se avista desde sus ventanas, esmaltado en azulejería y grabado en el llavero de bronce: Gneis, Saliente, Cerros, Navamoja, Matahambre... Muy pequeños, es cierto; pero confortables y definidos por sus intenciones visuales, con una iluminación halógena que da relieve a los detalles. Apenas si cabe en ellos una cama, una mesilla de noche y el televisor, colgado de la pared. Ni mesa de trabajo, ni sillón para lectura. Los cuartos de baño, incluso, carecen de ventilación.

Aquí, los beneficios son otros, en las antípodas del dolce far niente. Aquí siempre se hace algo placentero, educativo o ecológico. Salir de paseo por el hayedo de Montejo o intentar el as-censo al puerto de Navafría. Ir de fiesta en fiesta por los pueblos de la provincia. Y, desde luego, saborear la cocina de Juan José Cano y María José Mendoza frente al arco mudéjar del comedor, con vistas a Buitrago y a las faldas de la sierra. El arco santo y seña de la hospedería.

El arco mudéjar de finales del siglo XIII de la hospedería El Arco, en Villavieja de Lozoya (Madrid).
El arco mudéjar de finales del siglo XIII de la hospedería El Arco, en Villavieja de Lozoya (Madrid).FERNANDO GALLARDO

ALREDEDORES

EN UN ESCENARIO delimitado por el parque natural de Las Lagunas de Peñalara, el abedular de Canencia, la dehesa de La Hiruela y el hayedo de Montejo, el más meridional de Europa, Villavieja de Lozoya es punto de partida de un interesante itinerario cultural entre cuyas paradas relevantes destaca el Museo Picasso en Buitrago, donde se exhiben 60 obras que el pintor malagueño fue cediendo a Eugenio Arias, su peluquero habitual en los años del exilio francés. Se muestran dibujos, carteles, litografías y cerámicas. Destaca también en la zona el Museo Etnográfico de Horcajuelo, en una antigua vivienda rústica del pueblo; el conjunto histórico de Torrelaguna, cuna del cardenal Cisneros, centrado por los palacios de Arteaga y Salinas, así como los puentes medievales de Matafrailes, Cantón y Cadenas. Madrid dista exactamente 79 kilómetros de Villavieja, situada en la margen izquierda del valle del Lozoya.

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