Poética personal de un artesano
Este santanderino nacido en 1935 tiene una carrera cinematográfica bien variopinta. Ha sido y sigue siendo tan alabado por la naturalidad con que se insertó en la industria, como criticado por provenir de una generación que defendía como exclusiva el llamado cine de autor. Camus ha transitado todos los géneros cinematográficos con probada solvencia. Cuenta con notables películas personales (Young Sánchez y Los pájaros de Baden Baden, por ejemplo), así como con otras de encargo entre las que siempre se citan las interpretadas por Raphael (Cuando tú no estás, Al ponerse el sol...) o por Sara Montiel (Esa mujer). Camus lo ha explicado varias veces: "Me gusta considerarme un artesano, porque el artesano tiene la posibilidad de desarrollar su poética personal".
Aunando el rigor con su disponibilidad para el trabajo, Camus también ha destacado en programas y series para televisión en los que ha afianzado su prestigio ante los exigentes, y logrando a la vez grandes éxitos populares: puede que Fortunata y Jacinta (1980) sea, en este sentido, su trabajo más emblemático. Sin embargo, y volviendo al cine, es su trilogía sobre la posguerra la que se considera cúspide de su mejor hacer: la dolorosa historia de amor en el marco de la resistencia de los últimos maquis (Los días del pasado, 1975), la difícil adaptación de la novela de Cela La colmena (1982) y, por supuesto, su mejor película hasta el momento, Los santos inocentes (1983). Aunque no fuera más que por estos tres títulos, Mario Camus merecería todos los honores del cine español. Repetidas veces premiado en festivales internacionales, es igualmente apreciada su labor como guionista, en la que ha colaborado, entre otros, con Carlos Saura, Pilar Miró y Miguel Hermoso.
Babelia
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