Esculturas etéreas
La tenue barrera que separa al dibujo de la escultura es uno de los elementos esenciales en la obra de Ignacio Basallo (Ourense, 1952), un artista que ahonda en el aspecto más etéreo de esta disciplina y se aleja de la sensación de volumen y peso a la que el escultor parece estar condenado. El uso de materiales pobres y la sencillez de las formas y de los conceptos utilizados contribuyen a reforzar ese carácter liviano de unas piezas que esconden una visión poética y filosófica de la escultura.
En la exposición que ahora se presenta en el CGAC de Santiago, Basallo ha realizado algunas de las piezas de mayor tamaño de su trayectoria artística. Sin embargo, el uso de formas longilíneas con listones de madera unidos por cuerdas le dan un aspecto de provisionalidad y ligereza, al que también contribuyen la cuidada disposición de las obras. Algunas aparecen colgadas del techo, otras sobre una base firme y en ocasiones se sitúan colgadas de un cordel que une dos paredes. La cuerda cumple así el papel de esqueleto para la carne que representa la madera.
IGNACIO BASALLO
Centro Galego de Arte Contemporáneo Valle Inclán, s/n Santiago de Compostela Hasta el 23 de marzo
La obras de Basallo no quieren molestar y de ahí que casi pasen inadvertidas en las amplias salas del museo. El artista ha creado una escenografía muy sutil que va introduciendo al espectador en su peculiar universo y conduciéndole hacia las piezas más importantes. Uno de los puntos fuertes es el Doble Espacio del museo en el que cuelgan varias piezas sobre la idea de escalera con las que el escultor da un paso más en su huida de la rotundidad material a través de unos peldaños tan ligeros que parecen estar suspendidos en el aire.
La muestra incluye además dibujos realizados en alambre y una selección de casi un centenar de esculturas de pequeño tamaño realizadas por Basallo durante toda su carrera, que ofrecen una visión retrospectiva de su obra. Estas pequeñas piezas descubren el trabajo íntimo del escultor que experimenta con los materiales que utiliza en sus obras mayores -madera, cuerda y metal- y revelan una capacidad creativa casi inagotable para transformar objetos cotidianos en auténticas obras de arte.
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