Owen tiene un vicio

La prensa británica cree que por fin le ha encontrado un vicio a Michael Owen: le gusta apostar. Primero, un tabloide aseguró a principios de semana que la estrella del Liverpool y de Inglaterra perdió 30.000 libras (45.000 euros) jugando al póker con sus compañeros en las seis semanas de concentración durante el Mundial. Luego la noticia creció tanto que la prensa le ha llegado a atribuir que se ha llegado a gastar unos de 2,2 millones de libras (3,3 millones de euros) en apuestas en los últimos dos años y medio. No es el único, algunos como el ex atlético Hasselbaink, ahora en el Chelsea, se ha dejado 1,1 millones de libras en los casinos.

Owen, 23 años de vida a base de fútbol, gimnasia y familia, ha expresado su indignación a través del tabloide por excelencia de los domingos, el News of the World. "No he hecho nada malo y no entiendo cómo hay gente que puede pensar que sí lo he hecho", ha declarado. "Nunca haría de manera deliberada algo que pueda poner en aprietos a mi club, a mi país, a mí mismo y, lo que es más importante, a mi familia. No tengo nada de qué avergonzarme".

"No bebe, no fuma y apenas sale. No le reprocho nada", dice Houllier, su técnico

Los tabloides le acusaron primero de gastarse 30.000 libras jugando al póker con otros jugadores de la selección durante la concentración del Mundial disputado en Corea y Japón. Enseguida esa cifra se quedó pequeña, ridícula incluso, al lado de la catarata de datos que han ido cayendo a lo largo de la semana. Que si perdió 15.500 libras en una sola tarde en las carreras de caballos en Kempton Park y en York. Que si su cuenta con los corredores de apuestas Victor Chandler se ha reducido en 130.000 libras. Que si ha apostado a favor del Manchester United en la Liga de Campeones y apoyado al Chelsea y al Aston Villa en la Premier League.

"En lo que a nosotros respecta, la conducta de Michael ha sido siempre ejemplar", ha declarado el portavoz de la Asociación de Fútbol. El entrenador del Liverpool, Gérard Houiller, ha definido a Owen con muy pocas palabras: "No bebe, no fuma y apenas sale", ha recordado el francés. "Si no se hubiera tomado tan en serio este juego no habría ganado el Balón de Oro la temporada pasada. No he hablado con él y no voy a hacerlo porque no creo que esto tenga importancia".

"En las concentraciones de pretemporada en verano solemos ver las carreras por la noche y apostamos. Son pequeñas cantidades para divertirnos. Es bueno para la moral del equipo: cuando hacemos algo, lo hacemos juntos. Pero Michael es un profesional de clase mundial y, para un entrenador, es una joya. Sus deseos de aprender y de aplicar esas enseñanzas en el terreno de juego es algo de primera categoría. No hay ningún problema", ha insistido el entrenador del Liverpool. "Michael sabe muy bien que 100 libras puede ser mucho dinero para una persona corriente", asegura un amigo suyo. "No hace tanto que Michael vivía en una pequeña casa de un pueblo del norte de Gales junto a su madre, su padre, dos hermanos y dos hermanas. Conoce muy bien los valores familiares".

Hasta ahora las derrotas de Owen sobre el tapete verde han causado más chanzas que preocupación y sus derroches en las apuestas no parece que los crea mucha gente. A la hinchada del Liverpool les preocupa más el mal camino del equipo, que el año pasado llegó a parecer serio aspirante al título y que en éste no levanta cabeza.

A 14 puntos del líder, el Liverpool rompió el sábado una racha de 11 partidos sin ganar. Con nueve goles en 22 partidos, el bajo rendimiento de Owen es precisamente una de las causas de su crisis.