Yao Ming, el mejor negocio
Las grandes firmas se disputan la imagen del jugador del Houston Rockets, que despierta pasiones en un mercado tan suculento como el chino
La Riqueza de las Naciones, de Adam Smith, o Dinero, interés y precios, de Don Patinkin, decoran las estanterías. Un exquisito compendio de lo mejor de la historia y el pensamiento económico acompaña en su despacho a John Huizenga, vicedecano del colegio de graduados de negocios de la universidad de Chicago. El monocorde horizonte de libros apilados se quiebra con una pelota firmada por los jugadores del Shangai Sharks. Economía y baloncesto, sus dos pasiones, unidas ahora gracias al impacto de un gigante chino de 2,26 de altura y 22 años llamado Yao Ming. El número uno del pasado draft forma parte del temario de los futuros licenciados. Como trabajo de fin de semestre, los estudiantes presentaron, el pasado diciembre, un informe de 175 páginas en el que establecían un mercado potencial para las iniciativas comerciales con el pívot asiático.
Eric Zhang, primo de Yao Ming y alumno de la escuela, fue quien propició el contacto entre profesor y jugador. El vicedecano pasó todo el mes de junio en China estudiando la vertiente económica del aterrizaje de Ming en la NBA. Desde ese momento un amplio equipo de expertos financieros y comerciales, dirigido por Huizenga, patronea la cuenta corriente y los beneficios del baloncestista. Fueron ellos los que negociaron con las autoridades chinas y con el Houston Rockets el primer contrato del gigante en la NBA. Después de dos meses desde su estreno en la liga, la maquinaria económica creada a su alrededor ya funciona a destajo. El rendimiento deportivo de Yao Ming ha superado las expectativas. Gracias a la masiva votación vía Internet de sus compatriotas y de la notable colonia asiática que reside en Estados Unidos, el jugador chino es el pívot más votado del oeste para el All Stars, por delante incluso de Shaquille O´Neal.
Ni Tiger Woods es capaz de hacer sombra a la marabunta económica y comercial que ha generado Yao Ming. El pasado lunes firmó con una compañía dedicada al desarrollo de productos interactivos en telefonía móvil para ser la imagen de un nuevo juego. Su lanzamiento al mercado será dentro de unos meses en China, Taiwán, Hong Kong y Singapur. Si en Estados Unidos se calcula que el número de teléfonos móviles alcanza los 120 millones, sólo en China la cifra llega a los 200 millones.
Las líneas telefónicas de los representantes de Ming siguen recibiendo a diario llamadas de compañías que pretenden que sea el jugador chino el que promocione sus productos. Su contrato con Nike concluye el próximo año y la multinacional ya se ha puesto manos a la obra para no perder a uno de los clientes que más réditos le proporciona. A la espera de que el contrato expire, Reebook anda al acecho para seducir a Ming.
Hasta en la música se aprecia su huella. Dos seguidores del Houston Rockets tuvieron la ingeniosa idea de componer una canción dedicada a su nueva estrella. Ese impulso les puede convertir en millonarios. La melodía se ha convertido en el himno de la franquicia. Los compositores, Chance Mcclain y Kevin Ryan, han firmado un contrato con una discográfica y varios distribuidores para ceder los derechos de la canción y comenzar su distribución en China. La NBA está encantada con Ming. La colonia china que reside en el país acude a ver a su compatriota allá donde juega. El Miami Heat repartió 8.000 galletas de la suerte cuando llegaron los Rockets.
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