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Reportaje:

Sorolla 'for ever'

En cinco años se han organizado en Valencia 10 sobre el artista monográficas o colectivas

Ferran Bono

Sorolla sigue inundando de luz los museos valencianos 80 años después de su muerte. Su nombre funciona a modo de reclamo para el público. Un reclamo muy fiable, como bien saben las instituciones organizadoras, fundamentalmente la Generalitat. Sorolla vende; siempre ha vendido. En los últimos cinco años, sin embargo, el interés parece haberse disparado: se han organizado 10 exposiciones sobre diversas facetas en su ciudad natal, Valencia. En ellas, el llamado maestro de la luz o bien es el protagonista absoluto o bien encabeza el reparto de pintores que las componen. Ternura y melodrama. Pintura de escenas familiares en tiempos de Sorolla es la última muestra inaugurada en las salas temporales del futuro Museo del Siglo XIX.

Las muestras del pintor tienen el éxito de público garantizado

Dos exposiciones anuales es un promedio que se explica no sólo por la apertura del museo referido, que paradójicamente apenas contará con fondos propios del artista, sino principalmente por el éxito garantizado de público, al margen de la investigación artística. Incluso el IVAM, en sus inicios, organizó una gran exposición de Sorolla para darse a conocer entre el gran público y tender un puente con el legado más inmediato.

No en vano, Sorolla es el artista valenciano más cotizado en el mercado, según un estudio de la Universidad Politécnica. Recientemente se vendió un cuadro en Londres por casi tres millones de euros. Su nombre convoca a miles de valencianos en las salas de los museos. Pero Sorolla y su obra suscitan polémica tanto ahora como cuando vivía. Entre algunos miembros de la generación del 98, por ejemplo, hubo muchas reticencias e incluso hostilidad hacia el pintor, al igual que, curiosamente, hacia su amigo y escritor, también de éxito, Vicente Blasco Ibáñez.

De su asombrosa capacidad y de sus dotes para la pintura no hay duda, pero Sorolla es mucho más, es casi un mito en Valencia, y como tal es difícil salir del tópico costumbrista introducido en el imaginario colectivo, como apunta una experta.

Probablemente, la gran abundancia de exposiciones sobre Sorolla ha impedido atender a otros artistas. No obstante, si se quiere reivindicar el siglo XIX a través de un museo, "la figura de Sorolla es incuestionable", afirma el catedrático de Historia de la Pintura, Juan Bautista Peiró, quien considera "epidérmica" la actitud de situar a Sorolla como la antítesis de la modernidad del mimo modo que rechaza el tópico de descalificar la figuración por conservadora. En este sentido se ha manifestado también recientemente el conservador jefe del Museo Thyssen-Bornemisza, Tomás Llorens.

Un mercado de gusto conservador como el de EE UU coronó el éxito de Sorolla a principios del siglo XX. "Sorolla es muy del gusto de determinadas personas, pero hay que desvincular la obra de arte de la ideología; no tiene sentido, pero si es interesante socialmente comprobar quién hay detrás de ese gusto", señala el catedrático de Historia del Arte Román de la Calle. El experto se pregunta si la abundancia de exposiciones ha aportado nuevas visiones sobre la obra del artista.

El ex director del IVAM, Juan Francisco Yvars, sugiere sobre esta proliferación en la organización de muestras sobre el artista que en tiempos de crisis se suelen afirmar ciertos valores, al tiempo que comenta que existe toda una nueva sensibilidad "ávida de desarrollarse" y que rebasa el tópico, como ha demostrado, por ejemplo, el reciente éxito del festival internacional de la literatura Cosmópolis de Barcelona.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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