Una juez de Barcelona archiva otra vez la denuncia por abusos contra el padre de los menores de La Rinconada
La titular del Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona, Consuelo Sanchís Gimeno, decidió el pasado 23 de diciembre el sobreseimiento provisional de la denuncia por abusos sexuales de dos menores presentada contra el padre de los mismos, José Manuel Cabrera, según informó ayer el propio afectado.
La denunciante, Lourdes Góngora, es la madre de los dos niños, de 9 y 7 años, y mantiene desde hace 15 días un encierro en una iglesia de la localidad sevillana de San José de la Rinconada en protesta por un auto de 2 de diciembre de otro Juzgado, de Familia, que dirime la separación de la pareja. En ese auto se otorga la custodia de los pequeños a su padre.
La decisión de archivo de la denuncia, conocida ayer mismo por la defensa jurídica de Cabrera, supone en realidad la anulación de un auto judicial de julio de 2002 en el que se decidió reabrir una primera denuncia de 1999 por los mismos hechos, que ya había sido sobreseida por primera vez en noviembre de aquel mismo año.
Tras tres nuevas denuncias de Góngora entre enero y julio de 2002, la juez Sanchís decidió reabrir el caso pero, a la vista del recurso de reforma interpuesto por la defensa de Cabrera, y de la opinión favorable de la Fiscalía a estimar el citado recurso, ha decidido recientemente volver a decretar el sobreseimiento provisional del caso ante la falta de nuevos datos o pruebas del caso.
Cabrera se escudó en el proceso judicial para comentar el archivo del caso. "En este tema han intervenido ya siete jueces, cinco fiscales y muchos psicólogos judiciales, y siempre me han dado la razón. No creo que vayan a estar todos equivocados", dijo.
La defensa de Cabrera argumentó ayer que todo este embrollo, tanto el proceso en el Juzgado de Familia número 17 de Barcelona como la denuncia por abusos, como el encierro de protesta, surgen a raíz de que Lourdes Góngora comenzara a incumplir el régimen de visitas que ambas partes acordaran de mutuo acuerdo en su separación amistosa en 1997.
Cabrera ayer sólo quiso pedir a su ex mujer "que deje a los niños al margen". "Utilizarlos en sus protestas puede ser un hecho delictivo y yo no pienso perdonarle ni una judicialmente", advirtió ayer el padre de los menores.
La suerte de los dos pequeños está a la espera de una nueva resolución del juez de Familia, que debe decidir si ejecuta el auto en el que concede la custodia al padre o si, como sugirió la Fiscalía, decreta el ingreso de los niños en un centro de menores.
Begoña Machuca, presidenta de Adebam, la asociación de defensa del menor que respalda el encierro de Góngora, reconoció ayer el archivo de la causa, pero denunció que la juez había denegado a su entidad la personación en la causa como acusación popular. "Ni sabe leer, porque nos impide que seamos acuación particular, cuando pedimos ser popular".
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