El sonido y la danza del barro
Amores Grup de Percussió y la compañía de danza Patas Arriba fusionan música y baile en el singular espectáculo 'Tinajas'
La música contemporánea no forma parte del repertorio habitual de los grandes auditorios ni teatros de España y en menor medida de Europa; tampoco la danza contemporánea se encuentra entre las preferencias de los programadores de los principales escenarios, que siguen considerándola la hermana pobre del teatro. Pues bien, Amores Grup de Percussió, formación referencial valenciana de música contemporánea, y la joven compañía también valenciana de danza contemporánea Patas Arriba se han unido para llenar de contenido a esos conceptos a menudo tan socorridos como son la interdisciplinariedad y la multiculturalidad, que forman parte ya del vocabulario básico del arte y la cultura contemporánea, y también de muchos discursos institucionales.
Tinajas es el título del espectáculo que se estrena hoy en el Teatro Rialto de Valencia y en el que se funden los sonidos de múltiples y variopintos instrumentos de percusión, incluyendo las tinajas referidas, manipulados por tres músicos valencianos (Jesús Salvador, Chapi, Pau Ballester y Ángel García, integrantes de Amores) y por el músico indio Sazed Ul Alam, y los sensuales movimientos creados por las bailarinas Asun Noales y Arancha Sagardoy. La música está compuesta por Chapi, que recibió un encargo del Institut Valencià de Música, y surge a partir de un tema incluido en el CD con el que Amores rindió homenaje a uno de los estandartes de la música contemporánea, John Cage.
Pero además, los protagonistas del espectáculo que sólo estará en cartelera hasta el próximo domingo califican el mismo como una "búsqueda de las raíces" de la civilización mediterránea, "contemplada desde su vertiente oriental y occidental". La música de resonancias islámicas, hindúes o flamencas rivaliza con la concepción vanguardista de Amores mientras se desarrolla el argumento a través de imágenes, de coreografías, que se articulan en torno a la figura de la mujer. "Es una coctelera con ingredientes actuales, con música vanguardista, sin perder la tradición musical mediterránea", comenta Pau Ballester. "Es un cóctel", ratifica Asun Noales, para explicar que las coreografías han ido surgiendo a partir de los sonidos para realizar "una viaje a través del Mediterráneo" con un fuerte impacto estético.
Tinajas se estrenó en la pasada edición del festival Dansa València con una muy buena acogida por parte del público y la crítica y ha recorrido algunos escenarios del circuito teatral valenciano. También cosechó un éxito en su reciente visita al Festival de Percusión en la ciudad coreana de Seul, apunta Ángel García, quien añade que en febrero actuarán en El Cairo y también tienen prevista una gira por Puerto Rico.
Puede que la música y la danza contemporáneas no vendan mucho, pero sí que hay un público fiel e interesado, que quizá no sea más amplio por la falta de oportunidades.
No es el caso de Valencia, interviene la directora del Institut Valencià de la Música, Inmaculada Tomás, quien destaca el apoyo a la creación más vanguardista, mientras a su lado la directora del Centre Coreogràfic de la Comunidad Valenciana, Inmaculada Gil Lázaro, asiente.
"Es más difícil actuar en Madrid, en un escenario importante, que en el extranjero y por supuesto en el País Valenciano", agrega Ángel García. Con una experiencia contrastada de más de 14 años en los escenarios, Amores, grupo residente del Palau de la Música de Valencia, se ha internado con este nuevo espectáculo en un nuevo territorio tras participar en proyectos con, entre muchos otros, el bailarín Vicente Sáez, los compositores Llorenç Barber, Carles Santos o Juan Antonio Orts, con cuyas instalaciones sonoras, similares a las que fueron expuestas en el IVAM, los percusionistas valencianos actuaron en EE UU.
Hasta 50 instrumentos utilizan ahora estos especialistas en cueros para evocar sonidos que van desde esta orilla del Mediterráneo hasta el lejano Oriente.
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