Soldados a cambio de papeles
El Ejército sólo atrae el interés de 22 inmigrantes en Alicante en el primer día de captación
La Unidad de Información Móvil de la Brigada Paracaidista (Bripac)busca nuevos soldados entre la comunidad inmigrante en toda España. Alicante se ha convertido en una zona estratégica donde el Ejército trata de captar candidatos para llenar cuarteles.
"Hola, yo también estoy interesado", dice un joven de poco más de 20 años con sombra de bigote sobre el labio superior. "Soy argelino", responde al soldado. "Lo siento", contesta éste. El joven argelino, decepcionado, se marcha del vehículo instalado en la puerta principal de la estación de Autobuses de Alicante.
La convocatoria oficial del Ministerio de Defensa oferta 300 plazas para suramericanos y ciudadanos de Guinea Ecuatorial. Fuera del cupo quedan magrebíes y cubanos. "Estos últimos porque el Gobierno de Castro no se lo permite", explica el oficial.
La convocatoria permite a todos los ciudadanos extranjeros con "vínculos históricos con España, que no tengan antecedentes penales y una edad entre los 18 y los 27 años, firmar un contrato de tres años con el Ejército español", explica. Defensa, consciente del fracaso de la llamada al ejército profesional entre los ciudadanos españoles, abre esta vía para llenar las camas vacías de los cuarteles.
La oferta comprende un sueldo para cada soldado de 661 euros mensuales durante el primer año y 841 durante los dos restantes. Además, el contrato ofrece la posibilidad de adquirir la nacionalidad española después de dos años de servicio "sin necesidad de renovar papeles y más papeles", apunta el oficial.
De las 22 personas que solicitaron ayer información en el vehículo del Ejército, 21 fueron ecuatorianos y uno colombiano. Este último, uno de los primeros de la mañana, se acercó interesado en recabar información para su hijo, de tan sólo 17 años. "No sabe qué hacer y ésta es una posibilidad, ya veremos", comenta.
Desde Benidorm, un representante de la asociación de ciudadanos andinos Rumiñahui se acercó también para hacerse con la documentación necesaria e informar luego a sus asociados de La Marina Alta. La pobre cosecha del níspero ha animado a muchos ciudadanos ecuatorianos a buscar una alternativa al empleo precario y a los papeleos burocráticos. Para muchos de ellos, la nacionalidad que ofrece un fusil bien vale la pena.
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