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El 30% de los jóvenes se declara contrario a la inmigración

Una encuesta de Educación revela que el 50% de los jóvenes lee menos de dos libros al año

El retrato robot de los jóvenes de la región -personas entre 15 y 29 años- es el siguiente: viven en casa de sus padres, quieren casarse por la Iglesia, aspiran a tener hijos y a abandonar la capital para poder comprarse una vivienda en la periferia. Así lo pone de manifiesto un estudio llevado a cabo por la Consejería de Educación mediante una encuesta realizada a 1.750 personas. La investigación revela que un 91% de los jóvenes se declara satisfecho con su vida, aunque menos de la mitad tiene un trabajo fijo, sólo un 15% ingresa el dinero suficiente para sus necesidades, un 39% no puede emanciparse y uno de cada cinco cree que no podrá tener los hijos que desea.

El estudio La juventud en la Comunidad de Madrid de cara al siglo XXI revela el notable impacto que la inmigración está teniendo en los 1.312.725 madrileños que tienen entre 15 y 29 años y que constituyen un 23,4% de la población total. Uno de cada ocho jóvenes, 154.767 personas, ha nacido fuera de la Unión Europea, una cifra que se ha triplicado en los últimos dos años.

La llegada de la inmigración, según el estudio, ha sido beneficiosa, ya que ha permitido detener el envejecimiento que desde los años noventa sufría la sociedad: los jóvenes eran cada vez menos y, entre ellos, crecía el número de jóvenes adultos (entre 25 y 29 años) en perjuicio de los de menos edad. "A partir de 2000 se invierte esta dinámica negativa por la llegada de inmigrantes", destaca el estudio.

La percepción de este fenómeno, sin embargo, divide a los propios jóvenes. Un 37% de ellos valora la inmigración como algo positivo, mientras un 30% lo ve como algo negativo. En cualquier caso, está claro que la inmigración es un fenómeno que ha despertado el interés de la juventud: un 78% de los entrevistados ha pensado sobre ello y tiene una postura definida. Como contraste a este dato, menos de la mitad de los jóvenes, un 48%, muestra interés por cuestiones como la política.

En casa de los padres

Los jóvenes madrileños viven principalmente en casa de sus padres: un 84%. Del resto, un 14% reside en su propia vivienda y un 2% comparte piso con compañeros de edad. Sin embargo, a un 56% de los entrevistados (un 82% de los mayores de 25 años) le gustaría emanciparse, aunque la mayoría no puede hacerlo por la falta de dinero y/o trabajo. Esto provoca que los jóvenes se emancipen cada vez con más edad: en 1986, el 72,6% de los hombres y el 80,8% de las mujeres de 29 años ya estaban emancipados. Una década más tarde, estas proporciones bajaron al 52,8% y 66,4%, respectivamente, y ahora se sitúa en cerca de la mitad.

Los jóvenes se independizan más tarde y se van más lejos. Madrid capital ha perdido un 17% de su población joven en los últimos 15 años por el alto precio de la vivienda. Como contraste, la población joven ha crecido un 66% en la corona metropolitana y un 74,5% en los municipios más lejanos.

Un 12% de los jóvenes está en paro, un porcentaje que casi dobla el de la población general. Un 47% trabaja, mientras el resto permanece inactivo, principalmente porque aún está estudiando. Respecto al tiempo de ocio, los entrevistados disfrutan de él una media de 27 horas a la semana, casi cuatro cada día, aunque concentradas sobre todo en los fines de semana. El 40% de su tiempo libre lo destinan a pasarlo con sus amigos; un 22%, a ir al cine u otros espectáculos; un 12%, a hacer deporte y el mismo porcentaje, al ocio nocturno.

Uno de cada siete jóvenes, un 15%, no lee nunca, mientras un 35% se conforma con leer uno o dos libros en todo un año. El número de entrevistados que lee tres o más libros al año no llega a la mitad, un 45%.

Los jóvenes admiten que la violencia no les es extraña. Tres de cada cuatro menores de 30 años han sido testigos de peleas y trifulcas en locales de ocio y la mitad ha presenciado episodios de violencia en centros educativos.

La percepción de problemas que los menores de 30 años tienen en sus vidas y en la sociedad es extensa, aunque un 91,5% de ellos se muestra satisfecho con el devenir de su existencia. Los problemas personales que más angustian a la juventud son el paro (21%), los relacionados con los estudios (14%), la vivienda (9%), el dinero (7%) y las relaciones familiares (5%).

En cuanto a los problemas de la sociedad en la que viven, un 23% de los entrevistados está preocupado por el terrorismo, un 11% por la violencia, un 4% por la inseguridad ciudadana, un 3% por la violencia de género y un 2% por la guerra.

Políticamente, los jóvenes se ubican en el centro-izquierda. Sólo un 12% dice ser de derechas, mientras un 33% se declara de izquierdas y un 39% de centro. El interés por la política es bajo, menos de la mitad la sigue, pero aún lo es más su participación en asociaciones u organizaciones políticas o sociales. Sólo un 12% forma parte de alguna. Las de más éxito son los sindicatos (un 3,3%), las organizaciones no gubernamentales (un 2,4%) y los partidos políticos (1,2%).

Un 22,5% de la población joven va a misa, mientras un 39% se declara católico no practicante.

Parejas cambiantes

Los autores del estudio muestran su "sorpresa" por un dato contradictorio obtenido de las encuestas: muchas más mujeres jóvenes que hombres dicen tener pareja estable. La diferencia es tan grande que no se explica por el hecho de que las mujeres puedan tener parejas de más edad. "Es probable que muchas mujeres consideren pareja estable a relaciones que los hombres no calificarían así", aventuran los autores.Cuando miran al futuro, los ideales de los jóvenes han cambiado respecto a los de sus padres, aunque tampoco demasiado. Un 57% quiere casarse por la Iglesia, aunque dos de cada tres prefiere vivir con su pareja un tiempo antes del enlace. Un 28% prefiere formar una pareja de hecho y sólo un 9% se inclina por el matrimonio civil. El estudio destaca que un 1% de los jóvenes se niega a formar algún tipo de pareja. La edad media de matrimonio es de 30,4 años en los hombres y de 29 en las mujeres.Aunque sólo un 7% de entrevistados tiene hijos, los que desean tenerlos ascienden al 91%, casi todos ellos dos o más. Los entrevistados, sin embargo, aceptan que tendrán que adaptar sus deseos a la realidad económica y laboral. Un 21% de los jóvenes cree que no podrán tener todos los hijos que les gustaría.Los entrevistados se muestran muy críticos con las escasas ayudas que en España reciben las familias. "La comparación con las políticas de otros países es continua. De fondo, se advierte un deseo reprimido de tener hijos por la dificultad de compatibilizar la maternidad con la vida laboral", concluye el estudio.

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